Jornada caótica la de ayer, marcada por interminables colas, bloqueos en la frontera, acumulación de camalos. Delegación culpa a Marruecos, pero los afectados no.
Caos absoluto. Nervios. Críticas. Desesperación. Y a todo esto se suma el no encontrar auxilio, el no saber a quién llamar para buscar soluciones. En esta situación se encontraron ayer cientos de ceutíes. Atrapados en una frontera que durante toda la tarde sufrió cierres intermitentes.
La acumulación de camalos en la playa fue incluso mayor que en otras ocasiones. A las 15.00 horas se registró un pico de presión mucho mayor, debido a la acumulación de personas, expuestas al sol, sin protección alguna y cargadas de bultos. El pan de cada día, el problema eterno al que nadie pone soluciones, el asunto inhumano y tercermundista que despreocupa a los partidos políticos y a un Gobierno que ni siquiera valoran lo que se está registrando día tras día.
A pie de carretera retenciones y colas, largas colas en las que se veían atrapados transportistas pero también servicios públicos y ambulancias. Y entre todos ellos los particulares: comerciantes, vecinos, trabajadores... La situación era caótica soportándose retenciones de horas sin que hubiera movimiento alguno a ambos lados de la frontera.
Muchos fueron los ceutíes que se quedaron atrapados en su intento de cruzar de Marruecos a Ceuta. Se quedaron bloqueados desde primera hora de la tarde. Una situación que fue a peor cuando se aproximó la hora de la ruptura del ayuno y muchas familias que habían marchado al vecino país pretendían regresar a casa para comer con sus familiares. Imposible. “¡Qué hacemos, dejamos el coche en Marruecos y nos vamos! Esto es inhumano”, exponía un residente del Príncipe en conversación telefónica con El Faro, interrumpida por las continuas bocinas a modo de protesta.
“¿Qué pasa si a alguien le da un infarto aquí?”, se preguntaba otro de los afectados por unas retenciones que ayer eran evidentes, pero similares a las que se están produciendo todos los días sin que las autoridades pongan solución. Y aquí asoma la clave de todo esto. La Delegación del Gobierno achaca estos problemas a Marruecos directamente. Una visión que no tienen los afectados que ayer manifestaban que habían cruzado el lado marroquí sin problemas pero se topaban con el bloqueo al acceder a los controles españoles, con muy pocos agentes. La pelota se pasa a uno y otro lado sin que nadie dé con la tecla adecuada ni, mucho menos, asuma responsabilidades por lo que ocurre.