Las marroquíes “llegan a diario y realizan compras masivas” en el centro comercial de Algeciras.
Un pasajero de la línea marítima Tarifa-Tánger se topó el pasado fin de semana con una escena que le recordó, irremediablemente, al entorno del Tarajal: un grupo numeroso de marroquíes –sobre todo mujeres– portando bultos y maletas cargadas de mercancías. Solo que, en vez de esperar su turno en el puente del Biutz o la playa fronteriza, aguardaban el ferry en el Puerto de Tarifa porque cuentan con la documentación que les autoriza a viajar a la península.
“Tarifa empieza a tener su Tarajal”, escribe el administrador del grupo de Facebook ‘Los de Ceuta somos así’, donde colgó las fotografías. Un importante número de marroquíes cuya función, por el tamaño de los fardos que llevan a pie, se asemeja a la de las porteadoras. Como relata no solo el gestor de este espacio virtual, sino los clientes del Centro Comercial Puerta de Europa en Algeciras, las féminas “llegan a diario y realizan compras masivas”.
En su patrón de consumo, presentan preferencia por multinacionales de la denominada ‘moda rápida’ que, en parte, deben su éxito a los bajos precios, como es el caso de ‘Primark’. Las bolsas de cadenas de alimentación sin implantar en Ceuta también forman parte del familiar ‘paisaje’ que, ahora, puede verse en Tarifa. Ya sea porque los artículos que adquieren son inéditos en el mercado marroquí o inigualables por su relación calidad-precio, se ha creado un flujo constante de mujeres que ya acarrean grandes bultos hasta por mar.
Un colectivo que ha abierto una nueva brecha en el comercio transfronterizo ante los posibles impedimentos que se encuentran en la frontera del Tarajal y que se traducen en largas esperas, negativas al paso a pesar de que se amparan en el régimen de viajeros y las abusivas tarifas del transporte marítimo a este lado del Estrecho.
Una entrada de riqueza en la ciudad autónoma que, como lamentan desde el sector empresarial ceutí, las decisiones de las autoridades han arruinado y desviado a otros puntos. Mujeres que, como apunta el administrador del grupo, desembolsan su IVA correspondiente, con lo cual se merecen todo el “respeto” ya que solo buscan un forma de ganarse la vida.