Vehículos de transporte pesado, atrapados en las interminables colas que colapsaron la carretera.
Los atascos volvieron a atenazar ayer la carretera nacional N-352 por una combinación de factores que ya son una permanente de lunes a jueves derivados del comercio transfronterizo. Sobre las 18.00 horas, conductores y pasajeros manifestaron a este periódico que la situación era insostenible después de largas esperas que, en más de una ocasión, finalizaron con coches desistiendo de dirigirse hasta la frontera en dirección al país vecino.
Numerosos vehículos de transporte pesado no tuvieron escapatoria en su ruta hacia los polígonos del Tarajal cuando se encontraron atrapados en los embotellamientos. El embudo que constituye el paso fronterizo volvió a asfixiar la circulación, con el consecuente perjuicio para los servicios públicos de transporte como son los autobuses y los taxis.
A pesar de que los GRS de la Guardia Civil desviaron a los porteadores hasta la playa del Tarajal, desocupando los carriles de la carretera nacional, algunos camalos intentaron eludir el cerco de seguridad aunque, en ningún momento, surgió un conato de avalancha como ocurriese la semana pasada.
No obstante, la afluencia de personas por las laderas de la pista del Jato fue una constante. La presión que ejercen los porteadores ha acabado derribando un tramo de la valla, consiguiendo así un atajo para llegar a los polígonos.
A las molestias que ocasionan a los vecinos y los turistas que eligen Ceuta para visitar el país vecino, se suma la impuntualidad que propicia a quienes tiene que usar esta carretera para asistir a reuniones o cumplir con sus obligaciones laborales.