Las medidas están encaminadas a prevenir y controlar a los mosquitos transmisores del virus.
La Comisión de Salud Pública, órgano del Consejo Interterritorial, del Sistema Nacional de Salud ha aprobado el Protocolo de vigilancia epidemiológica de la enfermedad por virus zika. Asimismo, las comunidades autónomas y el Ministerio abordaron un Plan de Preparación y Respuesta frente a enfermedades transmitidas por vectores, encaminado a establecer las medidas de prevención y control de los vectores (mosquitos transmisores), así como de información a los ciudadanos y a los profesionales sanitarios.
Aunque la gran mayoría de los infectados por virus zika no sufre ninguna enfermedad y, en aquellos que enferman, la sintomatología, por lo general es leve, el interés de salud pública se debe a la detección de agrupaciones de ciertas malformaciones en recién nacidos cuyas madres aparentemente se infectaron con el virus zika durante el embarazo.
Si se detectara un caso autóctono, la comunidad lo notificará de forma urgente al Centro de Control de Alertas y Emergencias del Ministerio (CCAES) y al CNE. El CCAES valorará junto con las regiones afectadas las medidas a tomar y, si fuera necesario, su notificación al Sistema de Alerta y Respuesta Rápida de Unión Europea y a la OMS, de acuerdo con el Reglamento Sanitario Internacional (2005).
Para llevar a cabo la detección precoz se difundirán los protocolos de vigilancia en los centros de Atención Primaria y hospitales, se difundirán los algoritmos y guías de manejo de casos a los profesionales sanitarios y se les informará sobre los casos importados en su área.
Por otro lado, se mantienen las recomendaciones vigentes a los viajeros que vayan a visitar zonas afectadas por el virus zika para que eviten el contacto con el mosquito transmisor.
Las personas provenientes de zonas en las que existe el virus zika son emplazadas a posponer una posible donación de sangre cuatro semanas –un período de 28 días– desde su regreso.