La Consejería de Sanidad ha dado comienzo el programa de la TNR (captura, castración y suelta de gatos callejeros), cuyo objetivo será el control de la población de felinos y su excesiva proliferación que, a muchos ciudadanos, molesta hasta tal punto que se han dado numerosos casos de maltrato entre estos animales o incluso de envenenamiento.
El programa prevé la castración de entre 300 y 600 gatos al año, aunque desde su inicio, hace aproximadamente un mes, se prevé que se alcance la cifra de entre 30 y 50 felinos. La TNR consiste en la captura de estos animales, mediante jaulas trampas o incluso, de tratarse de gatos muy sociables, son trasladados por los propios voluntarios de las colonias o los trabajadores contratados para esta campaña: un veterinario y dos auxiliares de veterinaria. Diariamente se realiza la castración de entre dos y tres gatos. En el caso de las hembras, la clínica veterinaria Reinoso se encarga de la intervención, mientras que los machos son operados en las dependencias de la Perrera Municipal. “Esta decisión se basa en que la operación de las hembras es más complicada y el quirófano de una clínica cuenta con los dispositivos necesarios en caso de producirse una emergencia”, explica la veterinaria de Sanidad, Begoña Rodero. Dada que la cirugía en los machos es más sencilla, el quirófano municipal sí posibilita llevar a cabo esta operación. En ambos casos, el animal pasa posteriormente a las dependencias de la Protectora de Animales donde, una vez se recupera, vuelve a su lugar de origen en su colonia. En el caso de los machos, su suelta se produce en un par de días, mientras que las hembras se realiza a los cinco, dada que su recuperación requiere un mayor periodo de tiempo. El programa de la TNR también comprende la vacunación, desparasitación, medicación y control de cualquier posible enfermedad del animal, antes del regreso a su lugar de origen en la calle. Para comprobar los resultados de esta campaña y lograr disminuir el número de gatos en las calles, la duración de esta campaña debe rondar entre los dos y tres años. Este programa viene desarrollándose desde hace años en otras localidades como es el caso de Barcelona y es la alternativa más humanitaria al sacrificio masivo de gatos que aún se viene ejecutando en numerosas ciudades de toda España.