La Fundación Eduardo Gallardo organiza, este próximo viernes día 11, su tradicional ‘Polvoroná’ que coincidirá con la presentación del belén artesanal elaborado por los usuarios y del coro de villancicos integrado por los mismos.
“Queremos que sea un día festivo de convivencia familiar en el que también se expongan las manualidades navideñas que vienen haciendo desde hace un tiempo”, explica el director gerente, Jesús Perea. Tanto el belén como las distintas manualidades se elaboran en el taller de terapia ocupacional, una de las ofertas que presenta esta Fundación que cuenta con unos cien usuarios a la semana. Algunas de estas personas acuden a estas terapias por prescripción médica, mientras que otras lo hacen a nivel preventivo. “Hacemos terapia grupal para aquellos que vienen de manera preventiva y otra más específica para las personas que ya están diagnosticadas”, apunta Perea. La ampliación de las dependencias de la Fundación también ha permitido incrementar los servicios con nuevos talleres de Alfabetización, Informática o Promoción de la autonomía personal. “Ha supuesto un acicate importante, tanto para el personal que ha ganado en calidad de trabajo, como para los usuarios que han ganado en nuevos talleres”. El personal está integrado por un psicólogo, una integradora social, una terapeuta ocupacional, dos auxiliares para aquellas personas con dependencia o falta de movilidad que requieran ayuda y dos trabajadores sociales, uno de los cuales ofrece un servicio a domicilio que incluye asistencia a la familia, ayuda en general, trámites administrativos y enfermeros que controlan los tratamientos médicos o las curas. La ampliación de las dependencias también ha traído consigo la inclusión de nuevas terapias como la ‘witerapia’, que se ejecuta a través de videoconsola y que nació a partir de un estudio de la Universidad San Pablo CEU. Ya ha sido constatado por un centro de Cruz Roja de Salamanca especializado en alzheimer. “Los resultados están siendo positivos para la prevención porque se unen dos factores: por un lado es una estimulación lúdica y se puede hacer de manera intergeneracional: con personas de su misma edad o con los niños pequeños y eso involucra también a la familia”. Además, añade Perea, este tipo de terapia fomenta la autonomía de la persona “que está manejando un elemento nuevo que le atrae bastante”. Al igual que este taller, otros como el de Informática o la actividad de fichas de estimulación también cuentan con mucha aceptación entre los usuarios que asisten a la Fundación Eduardo Gallardo.