La Policía Nacional atribuye este descenso a la inactividad del Biutz desde el jueves. Fuentes oficiosas apuntan a la criba de pasaportes en Marruecos para evitar los colapsos.
El equilibrio inestable en el que se encuentran los polígonos del Tarajal se inclinó ayer hacia el lado de la calma. La afluencia de porteadores registró un descenso notable respecto a jornadas anteriores, difícil de cifrar pero patente en un frontera del Tarajal y un recinto comercial más vacíos que de costumbre. Pese a todo, los porteadores presionaron por cargar un bulto en los aledaños del Biutz atraídos por los pingües beneficios.
La Jefatura Superior de la Policía Nacional explicó que la razón de esta caída fue que los porteadores se quedaron a dormir en Ceuta en menor número, tanto en la zona de influencia de las naves como en el acceso a las mismas por la Puerta Norte.
Desde esta Fuerza y Cuerpo de Seguridad del Estado informaron de que tampoco desarrolló ningún dispositivo especial en relación a los porteadores, de modo que se reforzaba la idea de que fue efecto del fin de semana. El cierre del Puente del Biutz el jueves y el veto a las mercancías por la frontera del Tarajal –vulnerando incluso el régimen de viajeros que autoriza el pase de bienes para el uso y disfrute particular– habría empujado a la mayoría de los camalos a regresar a Marruecos hasta la apertura de la frontera, este lunes en torno a las 7:00 de la mañana.
Fuentes oficiosas apuntaron a otro factor: la criba de pasaportes en Bab Sebta, el lado marroquí del paso. A las autoridades del país vecino se les habría notificado sus identidades porque estas personas estarían detrás de los colapsos en los polígonos que derivan en avalanchas y carreras alocadas que suponen un auténtico riesgo para los porteadores y los agentes de la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (UIP).
La Policía Nacional aportó como otro dato que denotaba la tranquilidad en los polígonos la ausencia de avalanchas de porteadores. Tan solo algunos ‘conatos’ en la fila de los hombres amenazaron con perturbar el orden que predominó durante la mañana, como pudo comprobar este periódico.
La mercancía salió ayer por el Biutz con mayor fluidez, en parte porque las dimensiones de los bultos eran más reducidas y porque los de tamaño “monstruoso” eran apartados de las jaulas para su fragmentación en el almacén si querían pasar. Sin embargo, el cierre se volvió a recortar ayer, como es habitual desde hace meses, respecto a la hora de la clausura oficial, que era sobre las 13:00.
Uno de los debates que mantuvieron los camalos fue el relativo a qué ocurriría si Marruecos autorizase el acceso a Ceuta en función de la letra que acompaña al número del documento de identidad. Quienes tienen la letra ‘L’ en el pasaporte, es decir, los nacidos en Tetuán, tendrían preferencia frente a los naturales de otras provincias del país vecino –a quienes corresponden otras letras– pero que se han empadronado en Tetuán, Rincón o Castillejos atraídos por la ‘fiebre del bulto’. Una discriminación que solivianta a estos últimos.
Fluidez en el paso de bienes por la frontera en el régimen de viajeros
La calma se prolongó al resto de la jornada, incluida la franja de la tarde, siempre más problemática porque los porteadores que quedan atrapados con sus mercancías en Ceuta intentan, de forma desesperada, su entrada en el país vecino por la frontera del Tarajal. Según testigos presenciales, aquellas personas que se ajustaban al régimen de viajeros –pase de bienes para uso y disfrute personal– pasaron sin obstáculos al igual que los vehículos cuya carga facilitase la visibilidad. Ésta es la otra cara del paso fronterizo ya que, sin ir más lejos, la semana pasada el caos fue absoluto a esas horas. Las fuerzas de seguridad españolas negaban el acceso a cualquier mercancía para evitar el bloqueo de la zona internacional y, por tanto, la paralización de la frontera, ya que Marruecos no admitía a sus súbditos que introdujeran productos en su territorio.