“Inacción política” y normativa por parte del Gobierno en materia migratoria y de integración y empleo de la “lógica del miedo” en Ceuta y Melilla. Esa es una de las principales conclusiones del Anuario de la Inmigración en España 2014 del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (Cidob), presentado ayer en CaixaForum Madrid bajo el título Flujos cambiantes, atonía institucional. Los autores del informe han querido poner el acento en su análisis del pasado año migratorio sobre el excesivo “perfil bajo” que, a su juicio, tuvieron las políticas institucionales en este terreno.
Para este experto, salvo el reglamento de los centros de internamiento (CIES) y el Plan Intensivo de Nacionalidad Española, ha habido “una atonía” en las administraciones en materia migratoria que se ha traducido, por ejemplo, en que “siga sin ver la luz el Reglamento de la Ley de Asilo” y que “no se haya renovado el Plan de Ciudadanía e Integración”. Al mismo tiempo, se ha lamentado que el Gobierno haya dado “cobertura legal a las ‘devoluciones en caliente” de inmigrantes y que no atienda al cambio de perfil de los internos en los CETI, “cada vez más orientado a personas que escapan de la guerra y de conflictos bélicos” y que, según ACNUR, les hace candidatos de protección internacional.
No obstante, el anuario valora como positivo de la política migratoria en España la “persistencia un año más de la paz social y del bajo grado de politización de la cuestión migratoria en España, a pesar de los elevados niveles de desempleo, en marcado contraste con el más tenso panorama observable en varios países europeos”.