Su presidenta señala que una “enfermera tiene que acompañar” esta semana “a un ingresado debido a su estado de salud”.
La polémica sobre las máquinas hospitalarias de hemodiálisis arrastra desde hace meses. Mercedes Medina, presidenta de la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (Alcer) volvió a denunciar ayer, de forma pública, que estos aparatos en el Hospital Universitario están sin funcionar a pesar de que el director territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), Fernando Pérez-Padilla, lo haya negado en ocasiones anteriores.
La última muestra de esta inoperatividad que impide tratar a los pacientes en Loma Colmenar, señaló Medina, es el traslado “este martes y miércoles” al Centro de la Rampa de Abastos de un hospitalizado que, explicó, “ha tenido que ir en la ambulancia acompañado de una enfermera debido a su estado de salud”. Para la presidenta de Alcer, los ingresados se ahorrarían estas “molestias” por los desplazamientos si Ingesa “pusiese en funcionamiento las máquinas hospitalarias”.
Con anterioridad, Pérez-Padilla aseguró que solo dializan en el Hospital a aquellos pacientes que con unas “características muy especiales, generalmente con mucha dificultad para trasladarlos por su gravedad al centro de diálisis, se les programan” las sesiones en Loma Colmenar. Insistió en que las máquinas hospitalarias son para “casos excepcionales”, de modo que el equipo sanitario habría considerado que los traslados de este hospitalizado al Centro de la Rampa de Abastos no entrañan riesgo para su salud.
La presidenta de Alcer estimó que, en estos momentos, este servicio externalizado atiende a 91 usuarios, cifra que consideró elevada.