Caballas llevará al próximo pleno la propuesta de crear un comedor social de carácter público que atienda a las personas sin recursos, al objeto de que se le suministre lo básico. La petición de los localistas no es descabellada.
De hecho, aunque deberá pasar por el foro plenario, es una idea que populares y socialistas defendieron en su momento cuando se decidió la construcción del albergue de Hadú, el mismo que será reconvertido en futura Jefatura Superior una vez se habilite un nuevo centro para los MENA. Así que en torno al contenido de la propuesta de Caballas cabe poco debate, pues si años atrás se invirtió el dinero destinado por el Gobierno central en este proyecto era porque se consideraba su clara necesidad. Más importante es otro asunto: el derivado de cómo asimilar que se perdió una oportunidad para, ahora, con las infraestructuras de que se dispone, encontrar el lugar óptimo para su puesta en marcha y contar con la inyección económica suficiente. La falta de suelo es uno de los graves problemas que afectan a Ceuta. Resulta un problema incluso ante propuestas de este calado que, a la vista de los datos conocidos, son necesarias en una ciudad cuya sociedad está fuertemente castigada por el desempleo y por la exclusión social. Los errores del pasado, fundamentados en una mala decisión política, dan los resultados actuales. Perdida la oportunidad de dar uso al albergue de Hadú, el problema no es estar de acuerdo con la propuesta de Caballas sino la forma de conseguir que la misma sea viable. Y lo sea, además, en un espacio relativamente corto de tiempo.