Pese a que el Consejo de Gobierno anunciase el pasado viernes la incorporación de seguridad privada en las dependencias de Loma Colmenar, lo cierto es que todavía queda tiempo hasta que la medida se lleve a cabo. Ni el lunes ni ayer hubo vigilancia más allá de la aportada por miembros de la Policía local y de la UIR.
Este cambio de planes se debe a que para contratar los servicios de seguridad privada la Ciudad debe realizar una convocatoria pública, siendo la empresa adjudicataria resultante la que se encargue de las labores de seguridad.
Por el momento, las 317 seguirán siendo vigiladas por parte de los agentes de la Policía Local y de la UIR, que siguen apostados en la zona. La decisión de asegurar las viviendas vino propiciada por la acampada de los aparecidos en la lista fantasma y el temor de que pretendieran ocupar los pisos, cosa desmentida por parte de los afectados en repetidas ocasiones.
Teniéndose que realizar concurso para conceder las labores de seguridad y con una plantilla policial en cuadros por las bajas, vacaciones e indisposiciones de una plantilla escasa, el tiempo dirá si cuando comience el curso escolar habrá vigilantes privados o se mantendrán las patrullas.