Un edificio de la calle Jáudenes tuvo que ser desalojado en la mañana de ayer tras detectarse una fuga de gas que podía proceder de una botella de camping gas.
Los vecinos percibieron un olor a gas y llamaron al 112, que rápidamente envió al Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), que se personó en el lugar con un explosímetro, pudiendo comprobar que había riesgo de explosión. Valorado el riesgo pidió ayuda a Protección Civil para avisar a los vecinos puerta por puerta para que desalojaran el edificio. Los bomberos tuvieron que romper la puerta de tres trasteros para localizar la botella, ya que en un principio no sabían en cuál de ellos se encontraba. Después se pudo localizar a la dueña y se encontró la botella, desapareciendo el riesgo. Finalmente, los vecinos pudieron regresar a sus viviendas.