El PSOE eliminará las concertinas de los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla y prohibirá las devoluciones en caliente si Pedro Sánchez logra convertirse el próximo año en el nuevo inquilino de La Moncloa.
A ese doble reto se comprometió ayer Eva Matarín, secretaria de Inmigración de los socialistas en su Ejecutiva Federal, como colofón a la dos jornadas de visita que ha completado en la ciudad. “Estamos en contra de que se recoja a una persona y se la devuelva, totalmente en contra”, certificó en alusión directa a la reforma legislativa impulsada por el PP que autoriza la entrega a Marruecos de quienes intenten acceder por la fuerza a las dos ciudades autónomas a través de la valla. Según las directrices de la nueva dirección de su partido, “cuando a un inmigrante se le baja de la valla hay que analizar su situación, garantizar sus derechos, atenderle, no devolver a esa gente sin saber si puede pedir asilo o si son refugiados”.
Matarín censuró la gestión fronteriza del Gobierno central y cuestionó si la imagen que pretende ofrecer España es “la de bajar a golpes” a los inmigrantes encaramados a las vallas. Pese a defender la “experiencia en gestión migratoria” acumulada por el PSOE, no fue capaz de establecer la diferencia entre las devoluciones en caliente durante los dos mandatos consecutivos de Rodríguez Zapatero, entre 2004 y 2011, y las actuales. “No sabría decir exactamente si hubo o no en aquel momento, lo que sí puedo confirmar es que en el equipo que está impulsando Pedro Sánchez no habrá devoluciones en caliente”, insistió como compromiso.
Ni entregas de recién llegados a las autoridades marroquíes ni concertinas coronando las alambradas, pero negativa a la política de puertas abiertas. Ensanchando distancias con Podemos, matizó hasta en dos ocasiones que la propuesta del PSOE no implica “eliminar las vallas” porque la realidad impone que “no hay país capaz de acoger sin regularizar”. Se trataría, insistió, de que “quien llegue tenga garantizados sus derechos desde el minuto 1, cuando baje de la valla”.
La secretaria de Inmigración socialista recetó al Ejecutivo del Partido Popular “intensificar la colaboración con Marruecos, con los países de origen y con el resto de países” que atraviesen los subsaharianos en su periplo hacia Europa, además de dotar de más medios a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado encargados de controlar el perímetro. La crítica la extendió al ministro del Interior, al que acusó de “generar tensión con declaraciones y eslóganes populistas”, una política que a su juicio “no sirve para nada” y que contrapuso a la “de acercamiento y colaboración con Marruecos” en épocas en las que “el PSOE gobernaba y tuvo que enfrentarse a una fuerte presión migratoria”.
Críticas a la situación “inconcebible” de los menores sin escolarizar
La dirigente en la que Pedro Sánchez ha delegado la responsabilidad de coordinar la politica migratoria del partido ha conocido en los dos últimos días el perímetro fronterizo y el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), pero también ha tenido tiempo de presenciar, en primera persona, la labor que realizan en la ciudad organizaciones no gubernamentales como Cruz Roja, Cruz Blanca o Digmun.
A esta última, que suple las carencias educativas del grupo de menores residentes en Ceuta pero sin derecho a ser escolarizados al carecer del obligatorio certificado de empadronamiento, le agradeció el trabajo que realiza para combatir un escenario que consideró “inconcebible”. Si el PSOE retoma las riendas del Gobierno central, adelantó, “los inmigrantes recuperarán todos los derechos”, entre ellos el acceso a la educación y a la sanidad. Lo contrario, reprochó, no puede prolongarse en el tiempo porque “no puede haber menores que estén sin escolarizar”.
Los socialistas intentarán así poner freno a lo que consideran un abandono de ese colectivo elevando una pregunta al propio ministro de Educación, José Ignacio Wert. Lo harán, anunció Matarín, en cuanto dispongan “de toda la información” sobre la situación en la que se encuentran los menores en la ciudad.