Embutidos, quesos, gominolas naturales, empanadas gallegas, chocolate puro, infusiones, jabones artesanales o pañuelos hechos a mano, en el centenar de puestos instalados en las Murallas
La estampa que se apreciaba ayer en las Murallas Reales, percepción que igualmente se puede tener hoy y mañana, bien pudiera pasar por el mundo del siglo XVII, ese universo compuesto por corsarios, tibias y calaveras, banderas negras, justas en alta mar y olas embravecidas encrespando la silueta de esa ‘ínsula de Ceuta’ ultramarina, dulce y delicada que, ayer, en el mundo real, festejó el comienzo de su ya tradicional ‘Mercado Medieval’.
Así, desde primera hora de la mañana, las emblemáticas Murallas Reales acogieron la inauguración de esta cita que aúna en unos cuantos metros el sabor de una rica gastronomía, el peso y el encanto de la historia, la diversión de la música y los pasacalles, la academia de la orfebrería, el sabor de las gominolas naturales, el olor de los jabones artesanales o el guiño del ropaje corsario, hippie y moderno.
Todo ello, y más, se concentra en el centenar de tenderetes de madera y lona instalados para la ocasión en las Murallas Reales. “Es el cuarto año consecutivo”, dice con dulce deje gallego Noelia, tendera de un escaparate que, a leguas, invitaba a ser conocido pues empanadas, dulces o panes artesanales copaban el mismo: “Los precios son los mismos, o incluso más económicos, que en años anteriores”, cuenta, antes de relatar la lista: tartas 22 euros el kilo; un cuarto de empanada (todos los sabores) 6 euros y una entera 20; una pieza entera de pan, 8 euros; donuts y palmeras de chocolate, 3 euros.
También es un clásico del ‘Mercado Medieval’ el puesto de El Saucejo, en Sevilla, desde donde se espera a los ceutíes detrás de un muro de quesos: “Tenemos muy buenos productos y además miramos por la economía del cliente, de ahí que ofertemos tres quesos, de cabra u oveja, por quince euros. No se pueden perder nuestros chicharrones (300 gramos a 4,5 euros) ni nuestro vino dulce, que sale a ocho euros la botella de dos litros”, cuenta mientras, de repente y atraídos por una nube de exquisito olor, un grupo de personas se apresura a interesarse por uno u otro queso o producto.
Justo en el puesto contiguo, Salvador, que viene desde Valencia, abre las manos, señalando el arcoíris de color que se contempla: “Todas las gominolas son naturales, muy buenas para la salud por tanto e igual de sabrosas que las industriales”. Con una base común de manzana, hay chucherías naturales de mango, fresa, pera, frambuesa o regaliz. ¿El precio? 2 euros 100 gramos, “que son unas seis piezas”, 2,5 las tiras largas, y 5 las latas de regaliz puro.
Expuestos con delicadeza, en otro puesto, sobre el mantel se acuestan barquillos bañados en chocolate (2 euros); cacahuetes (2 euros); nueces de macadamias (3 euros) ; o pasas (2 euros) que, servidos en cartuchetes, harán las delicias a los ceutíes que los deguste.
Para acompañar tales placeres, qué mejor que un buen té oriental, una infusión de miel de flores o un regaliz de palo, los que vende Manuel, que viene desde Jaén, en su stand por un precio variable según el producto y la cantidad pero que puede oscilar de 3 a 10 euros.
Y, nuevamente, si el hambre vuelve con fuerza, tras horas de paseo, hay más opciones. Como la que propone Alba, llegada de Vich, quien presenta salchichones del payés a 10 euros la pieza, butifarra catalana a 14 euros el kilo o embutidos bañados en romero a 8. “Es la primera vez que yo vengo”, dice con una sonrisa tímida, “pero mi familia lleva ocho años sin faltar a esta cita en una ciudad con fama, bien ganada, de acogedora”. Desde su puesto se observa el verde de los encurtidos que trae Constantino: banderillas de boquerones (20 euros el kilo) o decenas de tipos de aceitunas y pepinillos, a 8 euros.
Tampoco podía faltar en el ‘Mercado’ un lugar donde comprar bisutería y cosmética natural de origen ecológico. Así, para lo primero está el puesto de Susana, que trae desde Granada pañuelos (3 euros), collares o anillos (2,5), mientras que para lo segundo es imprescindible acudir a Yuju Aromas, el puesto de Juan y Yurena, ceutí aunque fuera de la ciudad desde hace 16 años, un lugar paradisiaco, a tenor del abanico de olores que eleva al cielo al cliente ipso facto. Con página de Facebook donde dar a conocer sus productos, Yuju Aromas vende bolsitas de canela, flores blancas, violeta, coco, vainilla o fresa a precios muy asequibles (una bolsa a dos euros y tres a 5), “sobre todo porque el olor dura un año”, dice Yurena, en casa de nuevo, como el propio Mercado Medieval, donde las tentaciones están al alcance de la mano.