El líder de la oposición en la Asamblea, Mohamed Ali, musulmán practicante, líder de la coalición Caballas, que se presenta como la alternativa política que abandera la interculturalidad de los ceutíes desde el compartir, acudió ayer por primera vez a una misa católica.
Lo hizo en San Antonio, donde como cada 13 de junio se celebró una tradición cuyos orígenes se remontan a seis siglos atrás, a la llegada de los portugueses.
Tímido confeso, Ali, como Aróstegui, no ha sido nunca un asiduo de las celebraciones populares ni de los gentíos. Hace unas semanas, tras constatar en la manifestación de repulsa por el asesinato del joven Munir en el Príncipe, miles de ceutíes de la comunidad cultural árabo-musulmana junto a decenas de cristiano-occidentales, el portavoz de los localistas en la Asamblea instó a la Junta de Portavoces de la Administración local a dar más pasos hacia una convivencia “real”.
En esa reunión se le recordó que él no era precisamente un habitual en las citas públicas más sonadas del calendario festivo local. Ali asumió propósito de enmienda y ayer lo llevó a la práctica junto a Aróstegui.
“Tenía que haberlo hecho antes”, reconoció el político al término de la celebración religiosa católica, a la que asistió junto a varios representantes del Ejecutivo local y al líder del PSOE de Ceuta en una imagen sin precedentes.
“Los representantes de la ciudadanía somos, para ser creíbles, los primeros que tenemos que hacer lo mismo que decimos y yo soy un firme convencido de que el mejor camino para respetarnos es el de conocernos”, amplió en declaraciones a ‘El Faro’.
Acostumbrado, en el Islam, a otro tipo de ceremonias, la misa que se ofició al aire libre junto a la ermita del Monte Hacho le pareció una ceremonia “bonita” y con un mensaje “que yo opino que compartimos todos los ceutíes, el de la fraternidad y la paz”.
Ahora que aparecen de nuevo mensajes políticos que apelan al credo de la ciudadanía por encima de propuestas e ideologías, Ali se propone “dejar claro con nuestra presencia física que Caballas es una parte esencial y nuclear de esta sociedad, de toda ella, algo que siempre hemos creído y actuado en consecuencia pero que quizá no hemos demostrado visualmente”.
En el horizonte más próximo aparecen dos citas de marcado carácter religioso y cultural para las dos comunidades mayoritarias de la ciudad, el mes sagrado de Ramadán y la festividad de la Virgen de África. “Queremos participar y animar a involucrase a todos los ceutíes, en la medida de nuestras posibilidades, en ambas, así como en las del resto de ceutíes [ya acudió al último inicio del Januká judío]”, avanza.