Tras un lustro de crisis económica y paro desbocado, el abandono escolar temprano de la educación y la formación es ya más alto entre las mujeres que entre los hombres en Ceuta, que junto a Melilla y Aragón se sitúa como las únicas regiones del país en las que se constata este fenómeno.
Según los datos del Sistema Estatal de Indicadores de la Educación 2014 que acaba de publicar el Ministerio de Educación con datos relativos al año pasado en este apartado, un 36,4 por ciento de las ceutíes y las melillenses con entre 18 y 24 años dejó los estudios de forma temprana. El porcentaje es 2,2 puntos superior al masculino (34 por ciento).
Ese diferencial deja la media de abandono escolar temprano en el territorio de gestión del Ministerio en un 35,3 por ciento, la ratio más elevada del país, cuya media nacional se queda en el 23,5 por ciento (27 por ciento en el caso de los varones, 19,9 por ciento en el de las féminas).
Uno de los objetivos prioritarios de la Estrategia Europa 2020 es situar la tasa de abandono temprano de la educación y la formación por debajo del 10 por ciento. España, debido a su elevada tasa, se ha propuesto reducirla por debajo del 15 por ciento. “Está demostrado”, subraya en su análisis de la estadística el Ministerio, “que los efectos del abandono tienen unas consecuencias y unos costes claros para los individuos y para la sociedad, tanto desde el punto de vista del mercado de trabajo como del bienestar en general”.
Según la Administración “el entorno socioeconómico de los jóvenes es clave en el abandono” prematuro y algunos estudios “apuntan a que la renta disponible en los hogares juega un papel fundamental en la continuidad de los estudios, ya que en las familias con rentas más bajas la tasa de abandono es más del triple que en las familias con mayor nivel de renta”.
El nivel educativo de los padres “también es un factor de importancia en el abandono”, especialmente el de la madre. En 2013, el 4,7 por ciento del abandono procedía de jóvenes cuya madre tiene estudios superiores, un 55,1% de aquellos con madres que poseen estudios medios y un 40,2% de los que tienen madres con nivel educativo bajo.
A principios de esta década era menor la proporción del abandono que procedía de jóvenes cuyas madres tenían un bajo nivel de estudios, siendo mayor la correspondiente a hijos de madres con estudios medios.