La presión migratoria sobre la valla se ha reducido, en el caso de Ceuta, a grupos pequeños. La Benemérita lleva meses detectando solo acercamientos de parejas o no más de diez personas hacia la valla tanto por la bahía norte como la sur.
De hecho el último intento de entrada masivo tuvo lugar el pasado marzo y los campamentos de subsaharianos más cercanos al perímetro son prácticamente inexistentes.
El tipo de entrada, ya lo advirtió la propia Delegación del Gobierno, se ha extrapolado al ámbito marítimo, sobre todo mediante el uso de lanchas a motor y después de detectarse la gran cantidad de este tipo de embarcaciones que está proliferando en la zona norte. Quienes facilitan la entrada de estas personas unen grupos formados por hombres, mujeres y niños de distintas nacionalidades, algunos de los cuales han convivido en casas o pensiones.
De otra parte, Marruecos informó ayer de la detención de 94 inmigrantes que pretendían marchar a la península en ocho embarcaciones, sin que quede claro si salían al mismo tiempo o en operaciones diferentes.
El de ayer es uno de los operativos más grandes contra la emigración ilegal en la región del norte de Marruecos. El país vecino afirma haber reducido en un 95% el tráfico de pateras a España y destaca que soporta una presión de 30.000 personas en situación irregular.