La cumbre que se inició ayer por la tarde en Palma de Mallorca con la participación de las cuatro autonomías extrapeninsulares con la intención de analizar todo lo relacionado con el transporte desde cada uno de estos territorios a la Península supone, desde luego, un paso adelante para intentar una unidad de acción, de cara a una reivindicación conjunta ante la Administración General del Estado.
Lo que menos importa, en este caso, es el color político de cada uno de los Gobiernos que tienen la responsabilidad en las cuatro autonomías, porque los problemas son comunes para todos y tampoco importa quien sea el grupo político que ostente la gobernabilidad a nivel central.
Se espera que cuando esta tarde se ponga punto y final a estas jornadas haya un documento de consenso entre todos los participantes, donde se expliquen cuáles son las principales reivindicaciones de cara a una posterior negociación con el Gobierno de Mariano Rajoy. El conjunto de asuntos que se van a abordar son lo suficientemente interesante como para que los resultados sean más que satisfactorios.
Es verdad que la unión hace la fuerza y, en este caso, Ceuta y Melilla cuentan con un apoyo importante para sus reivindicaciones. Hay que aprovechar para, por encima de todo, que el beneficio sea para los residentes en general y todos en particular.