Ayer fue una mañana de roces, tensión y nerviosismo a las puertas del Biutz en construcción. Los comerciantes hacen propuestas para evitar males futuros. En el acceso a las obras del nuevo Biutz, como se ha dado en llamar al nuevo paso para el tránsito de porteadores entre España y Marruecos que se construye en el Tarajal, la Policía Nacional regula el tráfico de mujeres cargadas de bultos que esperan para llegar hasta el fondo de la Fase I y II, donde está el actual puente. En cuanto la interminable hilera atraviesa la estrecha puerta de entrada, los agentes ceden el paso a los clientes que, también en masa, se dirigen a las naves aquí y allá.
Hay roces; policías que prohiben la entrada de carretillas con mercancía por la entrada junto a la futura puerta del nuevo Biutz; enfrentamientos verbales y agresiones físicas ante la negativa de retirar la mercancía; quejas de mujeres que explican a los agentes que han sido agredidas por otros compañeros; hay nervios y tensión. Una olla a presión en la que se mezcla seguridad, derechos humanos y la actividad económica de los establecimientos asentados en el recinto.
Los comerciantes de las Fases I y II de los polígonos del Tarajal, donde está el actual Biutz y donde se construye su sustituto, conocieron el proyecto del nuevo puente en la Delegación del Gobierno y su aspecto en infografía a través de las páginas de El Faro, que las publicó el domingo pasado. Elogiaron su aspecto y, a priori, su funcionalidad pero tienen sus reservas sobre otros aspectos que envuelven a esta infraestructura para el paso de porteadores que España pretende inaugurar antes de que finalice el año.
Los empresarios consideraron que trasladar el puente de un lado a otro, pese a las promesas de que descongestionará el tránsito por la frontera en un 80 por ciento, tendrá un valor nulo si España y Marruecos no acuerdan ampliar el horario de funcionamiento del paso, es decir, que esté abierto más allá de las 13.00 “como ocurre en Melilla”, señalaron. En caso de que se mantuvieran las mismas horas, “sería pasar el problema de un punto a otro de los polígonos”. Entre las ventajas de esta ampliación del tiempo de actividad, continuaron, se encuentra que los porteadores, tanto hombres como mujeres tampoco tendrán que “entrar a la carrera porque ahora solo tienen hasta las 11.00 para efectuar la última entrada a la ciudad desde Marruecos”. Así, sostuvieron, los marroquíes podrían tomarse la carga de mercancía con más tranquilidad y reducirían la cantidad de mercancía sobre sus espaldas porque dispondrían de más horas para pasar productos.
El colectivo de la Fase I y II recordó que el Biutz se creó para desviar los bultos de Benzú ante la presión migratoria en ese paso y con la intención de que el tránsito de mercancías se realizara entre el Biutz y la frontera del Tarajal. Sin embargo, lamentaron, ahora solo funciona el Biutz.
A pie de los trabajos de construcción del nuevo paso de porteadores
Un acceso estrangula el tránsito por la obra
Debido a la construcción del nuevo Biutz, la entrada a la Fase I y II del Tarajal se ha estrechado y convertido en un embudo que estrangula el tránsito de personas, como se aprecia en la imagen. Asimismo, los comerciantes pidieron la eliminación de los “colaboradores con brazalete” de la Policía Nacional para colocar las vallas porque “colapsan” los polígonos y proponen sustituirlos por efectivos del Plan de Empleo.
Un desagüe que no traga el agua que baja del Príncipe y provoca inundaciones anuales
Los comerciantes, que esperan que el nuevo Biutz sea la solución, apuntaron al desagüe que se encuentra a la entrada del paso en construcción y que, cada año, se inunda ya que es incapaz de absorber la riada que desciende desde el Príncipe. Por su parte, el empresario más próximo al nuevo paso confía en que le construyan un muro junto a su nave.