El mismo día en que los agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil detenían en el Príncipe a uno de los presuntos miembros de la organización yihadista desmantelada el pasado 21 de junio, Castillejos perdía a cuatro vecinos más. Cuatro jóvenes que dejaron mujeres e hijos para marchar a Siria y que se han sumado a los casi 400 que han dejado este pueblo, el más cercano a la frontera con Ceuta. Barrios como el de la Condesa, en donde muchos ceutíes tienen a familiares, han registrado varias bajas en este último año; bajas de vecinos que marcharon a Siria y cuya muerte fue informada a sus familiares mediante llamada telefónica. En la Condesa hay mujeres que han parido hijos que nunca conocerán a sus padres y otras que han tenido que ser acogidas por otros tras quedar solas y con varios niños a cuestas, sin dinero siquiera para alimentarlos y sin posibilidad de encontrar a alguien que cuide de tan cuantiosa parentela.
Marruecos, cuya guerra sin cuartel contra el terrorismo yihadista es palpable, ha sufrido en sus propias carnes la fuerza de estas organizaciones capaces de alimentar la marcha de jóvenes para luchar contra Al Assad. Castillejos, Tetuán, Tánger o Fez son puntos de marcha de jóvenes que, a pesar del cierre de alguna de las vías con Turquía, logran llegar al terreno. Al igual que ha sucedido en España, en donde ha habido detenciones en cadena de integrantes de presuntas organizaciones radicales como la de Ceuta, Marruecos también ha acelerado operaciones que se han saldado con arrestos masivos de presuntos ideólogos de un terrorismo que se ha convertido en el principal foco de preocupación del país.
Las fuerzas de seguridad reconocieron que la red que actuó en Ceuta tenía enlaces con la localidad de Castillejos e incluso se habló abiertamente de la entrada de radicales del vecino país para contactar con los que iban a formar parte de las próximas marchas. El intercambio de información entre uno y otro lado ha sido clave en los últimos operativos que han terminado con varios detenidos entre rejas, pero aún sigue habiendo captaciones, marchas y movimientos que crecen conforme se van conociendo las muertes de quienes les han precedido y que son catalogados de auténticos héroes.