El reciente encuentro mantenido entre el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y la ministra de Fomento, Ana Pastor, ha servido para avanzar en el debate abierto en torno a la naviera única. Una propuesta nacida del consenso político entre los distintos partidos y que ya fue abordada en la Mesa por la Economía. La propuesta es la de sacar adelante una naviera única que opere en Ceuta, en régimen de concesión administrativa de servicio público o una fórmula de similar naturaleza. La ministra habría dado el visto bueno a este proyecto, poniéndose en el punto de mira una fecha clave: septiembre del año que viene, fecha en la que termina la vigencia del contrato de servicio público y habría que hacer una nueva adjudicación.
Lo que pretende la Ciudad, con el beneplácito de los demás partidos y el visto bueno del Ministerio, es ‘meter ahí la cabeza’ con la naviera única. Una excepcionalidad que reconoce el Derecho Comunitario y que, según las conclusiones alcanzadas hasta la fecha, no tendría más que parabienes por todos lados. La reducción de rotaciones (de las 22 existentes a, por ejemplo, una cada hora) vendría a justificar que los ferrys partirían prácticamente llenos, pudiéndose establecer una reducción en el precio. Una medida que, se estima, beneficiaría al consumidor, al turismo e, incluso, a la Hacienda Pública por las bonificaciones aplicadas al precio del billete. Fomento se ha comprometido a analizar esta medida.