Ni por el ascensor ni por la rampa cercana al Hotel Muralla. Ningún acceso era posible para una madre y su hijo, que está sujeto a una silla de ruedas para sus desplazamientos, hace unos días para poder llegar a la playa de la Ribera. “Dicen que está muy adaptada, que tiene todos los servicios, pero verdaderamente uno se encuentra con estas situaciones y ya no sabe a quién acudir”, lamenta la madre asegurando que en Ceuta queda mucho trabajo que hacer en cuanto a la eliminación de barreras arquitectónicas. Por eso, pide que el ascensor permanezca más tiempo operativo o se abra el otro acceso y así contribuir a la inclusión de todas estas personas “que tienen los mismos derechos que las otras a disfrutar de estos lugares”.