Ambos coches figuraban con alteraciones en sus matrículas, al cambiárseles por otras placas y falsificando la documentación original. Lo complejo de este tipo de operaciones es la vinculación que hace Marruecos de estos detenidos con otro tipo de delitos, ya que el tráfico de vehículos robados sirve como financiación para otras actuaciones delincuenciales de mayor envergadura, así que las fuerzas de seguridad abren investigaciones paralelas de todo aquel que detienen intentando pasar vehículos robados al vecino país.
El tráfico ilícito de coches sigue manteniendo su destino en la Europa del Este, pero cada vez más son otros territorios del Magreb, como Marruecos, Argelia y Mauritania, los que recepcionan, sobre todo, todoterrenos de lujo y furgonetas. Los clanes marroquíes que mueven estos negocios siguen teniendo fuerza en el mercado.
Más españoles presos por este tipo de delitos en las cárceles del vecino país
La introducción de vehículos robados en Marruecos, a los que previamente se ha trastocado las matrículas, es vigilada con lupa por las fuerzas de seguridad marroquíes. La razón no es otra que la vinculación de algunas tramas vinculadas al doblaje de placas con el terrorismo. De hecho, tras los atentados de Casablanca se abrieron varias líneas de investigación para aclarar la financiación del terrorismo islamista con el tráfico de hachís y el de vehículos robados. Tras aquellas indagaciones fueron varias las personas detenidas inicialmente por tráfico de vehículos robados que, al final, terminan siendo acusadas de terrorismo. Eso le ha pasado a varios españoles, y, entre ellos, a algunos ceutíes. El caso más reciente es el de Milud Layachi, vecino del Príncipe Felipe, a quien llegaron a vincular con este tipo de actividades tras cruzar la frontera con un coche propiedad de otro residente en el barrio que figuraba como buscado por la Policía en el marco de operaciones antiterroristas. Más atrás en el tiempo quedan las detenciones de otros ciudadanos de origen europeo que han terminado relacionados con causas radicales.