El cadáver de un joven magrebí entre veinte y treinta años apareció ayer por la noche en una playa cercana al Sarchal. Durante un buen rato se pensó que podría tratarse del ciudadano marroquí que cayó hace unos días de una lancha en la Bahía Norte, pero con posterioridad y tras un primer examen por parte de la forense se descartó de manera casi inmediata.
Todo sucedió cuando un aficionado a la pesca bajó a la playa por la escalera que se encuentra frente a la salida de la calle Molino con el Recinto Sur, cuando justo al lado de unas rocas vió el cadáver. El ahogado aparecía con un traje de neopreno completo que le cubría incluso la cabeza, pero no llegaba ningún tipo de protección para las manos. De manera inmediata dió aviso a la Guardia Civil que a los pocos minutos montó un control en la escalera de acceso a la playa, impidiendo que nadie bajara hasta que no hiciera acto de presencia la autoridad judicial, que junto con la forense se personaron alrededor de las diez de la noche.
Alrededor de las nueve y media de la noche llegaron hasta la zona los familiares del joven que había caído de una lancha hace unos doce días y que la familia tiene esperanzas de que aparezca, porque tal y como ellos mismos afirmaron "queremos acabar con esta angustia". Vinieron directamente de Castillejos dado que habían sido avisados de la aparición del cadáver.
Justo cuando la jueza y la forense llegaron a la playa comenzó a llover de manera torrencial y se levantó un fuerte viento lo que impedía lógicamente un reconocimiento en condiciones. Sin embargo, si pudieron descartar que fuera el marroquí que había desaparecido en el mar, casino debido a que tenía restos de sangre fresca en el rostro y se dictaminó que como mucho había fallecido el sábado por la tarde o lo más probable durante la jornada de ayer. Entonces un miembro de la Guardia Civil conversó con las familiares que habían venido desde Castillejos, confirmándoles que no se trataba del joven desaparecido, con lo que podían regresar sin ningún problema a Marruecos.
Dadas las circunstancias metereológicas, por porte de la autoridad judicial, se indicó que se trasladara el cadáver hasta el cementerio de Santa Catalina, donde mañana por la mañana se realizará la oportuna autopsia. Debido a que existía mucha dificultad para subir el cadáver hasta la carretera del Recinto se decidió que era mejor que una lancha del Servicio Marítimo de la Guardia Civil lo recogiera en la playa y lo llevara hasta el puerto deportivo. Así se hizo y alrededor de las once menos cuarto de la noche el vehículo de la funeraria lo condujo hasta el propio cementerio.