Bomberos seguía en la noche de ayer intentando controlar el incendio ocurrido en el antiguo hospital de la Cruz Roja. Desgraciadamente es la narración de algo anunciado, puesto que el abandono de este inmueble se exponía no solo a que alguien pudiera provocar esas llamas sino a consecuencias mayores.
Desde que en 2010 cerraron las instalaciones, el inmueble se ha ido degradando poco a poco, sin materializarse ninguna de las propuestas barajadas para darle un uso.
Mientras esa cadena de alternativas fracasa, el viejo hospital presentaba un estado cada vez peor. Se tuvo que retirar la escalera porque suponía un grave peligro para los transeúntes y se colocaron carteles para advertir del peligro que suponía, además de ser delito, colarse dentro de la infraestructura.
Más allá de eso, poco más se hizo, sufriendo un abandono que cualquier ciudadano ha podido presenciar.
Ayer tarde comenzó un incendio que seguía de noche, cuando los Bomberos pudieron dar con uno de los focos. Quedaban más, y, sobre todo, verificar cuál ha sido el origen y cómo se ha llegado a estas consecuencias.
No se puede tener en pleno centro de la ciudad -ni en ningún otro sitio- un edificio de estas características, tan degradado y dejado, expuesto a que alguien pueda provocar un incendio como el sucedido sin mayores medidas de control que unos carteles en los que se indica que está prohibido entrar.
Habrá que esperar el informe de los Bomberos para conocer el origen, pero sobre todo a las consecuencias posteriores, a la seguridad que pueda tener este edificio si se ha visto expuesto a un incendio como el registrado.