Vocales, interventores, apoderados o presidentes de mesa velan por la legalidad
Cada cuatro años se reserva un domingo en el calendario, una fecha que queda señalada en rojo al tiempo de grabarse en la Historia de un país. Domingo, día por antonomasia de misa de doce, de paseos por el parque con la familia, después de almorzar todos juntos, de tardes frente al televisor viendo los goles del equipo querido.
Domingo, día también de elecciones, como la del 20–N que ya se marchó hasta dentro de cuatro años y que dejó ayer imágenes inéditas durante el resto del año: colegios abiertos, ciudadanos con la papeleta del voto en la mano, corrillos de vecinos con un único tema de conversación, la política de España y ante todos ellos el ojo avizor de interventores, vocales y presidentes de mesa, personas designadas para controlar el desarrollo y autorizar el resultado de las elecciones.
“Yo creo que va a ganar Rajoy”, dice una votante en el colegio Beatriz de Silva, “pero no con mayoría absoluta”. Introduce su papeleta, guarda en la cartera el DNI y se despide con un “buenas tardes”.
“Ocho horas llevamos aquí ya”, dice Félix Romero, vocal de la mesa ‘U’, quien pese a su juventud –22 años– es ya un experto en tales lindes “porque ésta es la segunda vez que estoy en una mesa electoral, ya que de manera voluntaria, solicito formar parte de ella, algo que hago más que porque sea una función que me agrade mucho, por ganarme unas pelillas”, dice mientras consigue arrancar la sonrisa de la presidenta, sentada a su lado, Begoña Flores, que al principio de la mañana “·estaba un poco liada con el procedimiento a seguir pero que al cabo de un rato ya dominaba por completo”.
“62 euros con 61 céntimos”, indica una de las dos interventoras de la mesa ‘B’, sección VI del Lope de Vega, “cantidad que responde a un concepto de dieta”. “Eso es lo que nos dan por estar aqui todo el día y por pasar tanto frío”, añade una compañera suya, vocal, en un tono medio de denuncia, medio de broma, “porque realmente hemos tenido mala suerte en que nuestra mesa esté justo ubicada en la puerta abierta del colegio, por donde entra mucho frío”.
Manuel Ramírez, apoderado del Partido Popular, mira la hora: las 15:30. “Hasta este momento en un censo de 2.995 votantes, han venido a ejercer su derecho en una de las cinco mesas electorales, 923”.
“Te lo voy a decir con exactitud”, dice el presidente de la mesa ‘A’, sección 4, de la letra ‘A’ a la ‘K’, del C.E.A. Miguel Hernández, “un 40,43 por ciento de votantes hasta el momento”. Secundan los datos a su lado, dos interventores del PSOE y otros dos del PP así como apoderado popular.
“Son las cinco de la tarde”, indica Inés López, interventora del PP en el instituto Luis de Camoens, quien con su buen humor, contagia de ánimo a sus compañeros de mesa, a la presidenta Ana Isabel Espejo, “algo cansada de tanto trajín”, reconoce; a Francisco Ruiz, vocal suplente del vocal primero “que no ha aparecido sin dar justificación alguna”, asegura; o a Chelo Arroyo, vocal que muestra “su sorpresa porque la jornada está siendo más agradable de lo que pensaba”, asegura mientras con sus colegas de mesa repasan las chocolatinas que han tomado, tal vez para endulzar un día para la Histora cuyo buen funcionamiento se debe, en parte, a su labor.