La desigualdad económica y social se concentra sobre todo en las grandes ciudades en comparación, sobre todo, con el mundo rural y por otro, territorialmente, presenta niveles sensiblemente superiores a la media en Madrid, el litoral mediterráneo y los territorios extrapeninsulares, como Ceuta, de la que destaca que es la tercera ciudad con menor bienestar del país.
Estas son algunas de las conclusiones del último Informe sobre la Desigualdad en España, que ha elaborado por sexto año la Fundación Alternativas para tratar de analizar en esta ocasión el efecto de las transiciones demográfica, climática y digital en la pobreza y, más directamente, en la desigualdad.
El informe confirma que la situación de desigualdad y pobreza en España es "seria" y "se mantiene a lo largo del tiempo".
Defiende además que solo se puede corregir esa tendencia con voluntad política y colaboración privada, actuando en los ámbitos del acceso a la vivienda y la digitalización, la mejora y extensión de los servicios públicos y la racionalización de la producción y el consumo, todo ello de forma más equilibrada que en la actualidad y con atención a las peculiaridades y competencias regionales y locales.
La desigualdad y la inmigración, unidas de la mano
Entrando en detalle, de los múltiples datos disponibles se desprende "nítidamente", dice el estudio, una notable correlación entre el tamaño del municipio y la renta neta media por hogar en 2021 y a la vez una mayor desigualdad de la renta conforme aumenta el número de habitantes.
También tiene una relación significativa con la desigualdad el porcentaje de población inmigrante, que se concentra en las grandes ciudades, ya que tiende a ocupar puestos de trabajo con cualificaciones por debajo de la media y por tanto eleva las cifras de desigualdad de los municipios donde está más presente.
En cuanto a la vivienda, sostiene que, si continúa la tendencia actual a anteponer su dimensión económica por encima de su dimensión social como bien de primera necesidad, se agudizará la mencionada polarización, agravando las dinámicas de segregación urbana, así como los problemas de asequibilidad, infravivienda y sinhogarismo.
Atendiendo a dimensiones como la salud, la educación, el mercado de trabajo, la capacidad económica y la situación social, en este análisis se determina una clasificación del bienestar por municipios en el que no destacan grandes ciudades.
Diferencias entre las ciudades españolas
Señala que las ciudades españolas con mayor bienestar son municipios de mediano tamaño como Las Rozas de Madrid, Pozuelo de Alarcón, Rivas-Vaciamadrid, Sant Cugat del Vallès y Majadahonda -todos en Madrid salvo el cuarto, que está en Barcelona- y las que presentan menor bienestar son La Línea de la Concepción (Cádiz), Torrevieja (Alicante), Ceuta, Melilla y Algeciras (Cádiz).
En general, las ciudades con mayor bienestar se concentran en municipios de las provincias de Madrid y Barcelona, junto a municipios situados en el País Vasco, algunos en Galicia y casos aislados como Zaragoza o Logroño, mientras que la mayoría de las localidades con valores inferiores al promedio se sitúan en Andalucía, la Comunidad Valenciana, Canarias y la España vaciada.
Por otra parte, la distinta evolución de la digitalización por sectores de actividad y factores de producción ha provocado que en España la digitalización esté geográficamente polarizada hacia Madrid y Cataluña, que concentran el 52 % de la economía digital del país, frente a comunidades como La Rioja, Cantabria, Extremadura, Navarra, Asturias, Murcia, Castilla-La Mancha y Baleares.
Se fija principalmente en el riesgo de desertificación y pronostica que van a empeorar significativamente sus potencialidades y oportunidades la ciudad autónoma de Melilla y las provincias de Granada, Almería, Ciudad Real, Sevilla, Badajoz, Córdoba, Huelva, Jaén, Cádiz y Málaga, a las que habría que añadir Murcia, Albacete y Alicante por su tendencia al incremento del estrés hídrico.
Normal. No te puedes meter en un país extraño a la fuerza, sin oficio ni beneficio, y pedir que te lo den todo hecho, máxime cuando para los autóctonos todo también es difícil.