Durante los últimos 15 años al frente de la Asociación de Vecinos de Príncipe Alfonso, he sido testigo de una realidad desgarradora que parece no tener fin. La historia de nuestro barrio, atrapado en un espiral de delincuencia y abandono, se repite una y otra vez, y a pesar de nuestros esfuerzos, no logramos superarla por nuestros propios medios.
Liderar una asociación sin ánimo de lucro, cuya subvención apenas alcanza para su subsistencia, ha sido un trabajo arduo y desgastante. Nos enfrentamos a casi todos los problemas del barrio: desde la falta de recursos básicos hasta la criminalidad desenfrenada. La lucha constante para intentar cambiar nuestra realidad ha consumido una gran cantidad de energías y recursos.
A lo largo de estos años, he visto cómo los jóvenes que caen en el mundo de la delincuencia terminan, en su mayoría, en la cárcel o en el cementerio. Y, entre ellos, crecen niños que hoy empiezan a recorrer el mismo camino: lanzando piedras a los autobuses y a las fuerzas de seguridad, cometiendo actos vandálicos y disparando en el zoco. Es un ciclo interminable y doloroso que he observado de primera mano durante estos 15 años.
"El comienzo de este espiral es difícil de analizar debido a la variedad de casos y a las múltiples causas que llevan a estos niños a un destino tan trágico"
Este ciclo se ha repetido aproximadamente cinco veces en intervalos de tres años. El comienzo de este espiral es difícil de analizar debido a la variedad de casos y a las múltiples causas que llevan a estos niños a un destino tan trágico. Sin embargo, hay patrones comunes que se repiten.
Uno de los casos más frecuentes es el de niños que pasan todo el día en la calle, sin supervisión ni horarios. Provenientes de familias desestructuradas, el ejemplo que reciben del ambiente que les rodea es nefasto. Aquí empieza el fracaso escolar y el abandono temprano de los estudios. Cuando esto ocurre, el control sobre el niño se pierde y la calle se convierte en su nuevo padre y madre.
A esto se suma la dejadez institucional, la falta de seguridad constante, el caos y la ausencia de ley y orden. Estas condiciones crean el caldo de cultivo perfecto para que los jóvenes se adentren sin freno hacia el abismo de la delincuencia común, con consecuencias devastadoras para toda la barriada.
Las autoridades, hasta ahora, no han destinado los medios necesarios para frenar esta espiral. La falta de intervención y recursos por parte de las instituciones perpetúa esta situación, dejando a los jóvenes del Príncipe Alfonso sin esperanza y sin oportunidades de un futuro mejor.
Es imperativo que las autoridades tomen medidas inmediatas y efectivas para romper este ciclo. Necesitamos programas de intervención temprana, apoyo a las familias desestructuradas, mejoras en la seguridad y una presencia policial constante y comprometida. Solo con una intervención integral y sostenida podremos cambiar el rumbo de nuestro barrio y ofrecer un futuro mejor a nuestros jóvenes.
Es hora de que la historia deje de repetirse. Príncipe Alfonso merece una oportunidad para renacer y prosperar. Pero para ello, necesitamos el compromiso y la acción de todos: vecinos, instituciones y autoridades. Solo así podremos romper este ciclo de desesperanza y construir un futuro más brillante para nuestra barriada.
Los padres. Tienen que educar. No la policía
Los padres 'son los que tienen que educar. No la policia
Bla,bla,bla, que hipocresía,a llorar a la lloreria..
Estáis recogiendo lo que habéis sembrado,ni más ni menos
Pues si, no es un problema solo del Príncipe, es un problema de la Ciudad! Ojalá 🙏 que esta carta, sirva para hacer un llamamiento a las instituciones, por el bien de todos!
La historia no es nueva. En esta ciudad se han encargado de sesgar la delincuencia hacia los extranjeros. Es más fácil culpar al de fuera. La realidad es bien distinta. El artículo expone una cruda realidad conocida y sufrida en el barrio. Afortunadamente la mayoría de los chicos del Príncipe no delinquen. Si hay un grupo de chicos que se han alejado de la escuela, la familia, el deporte y las actividades propias de personas en formación. Carecen de proyecto de futuro y de sentimiento de valía personal para lograrlo. Viven en un contexto delictivo que los refuerza. El vecindario presencia a diario episodios de delincuencia y violencia sin control. El miedo reina y les hace mirar a otro lado. Escuela, familia y barrio constituyen los pilares para hacer frente a la delincuencia y la marginación a la que se ven arrastrados estos jóvenes. La ayuda institucional es fundamental. La eficacia de los recursos está en la conexión y la complementariedad. Es necesario y urgente un pacto social para frenar el proceso de deterioro personal de muchos chicos desorientados y perdidos en identidades marginales. El cambio empieza por una mayor implicación de las instituciones y las fuerzas sociales del barrio
El cambio empieza por uno mismo, y en este caso por los vecinos de El Príncipe. Como usted dice "el miedo reina y les hace mirar para otro lado". Si son sólo unos pocos, la mayoría de los vecinos podrían hacerles frente pero todos sabemos que esa no es la realidad. El dinero fácil, sin esfuerzo, sin necesidad de educación y formación, es parte del problema y eso para muchos es una forma de vida a la que están dispuestos a renunciar. La sociedad proporciona recursos a quien los necesita pero deben querer aprovecharlos.
Lo que es urgente es calificar el problema' dejadez familiar ', les suena.
Bien hay partidos políticos que lo denominan marroquinizacion 'del Príncipe y barriadas; hay otros,como el autor del comentario,que falta de ayuda institucional, bien,solo una pregunta cuando apedreas al bus que lleva a tus familiares mayores desde el mercado,por ejemplo ,a su casa, a sabiendas que puedes favorecer la anulación de dicho servicio,es ayuda institucional lo que necesitas? Una familia que te enseñe,que en España,es un delito? Vecinos que le digan a tus padres lo que estás haciendo? O sencillamente la verdad,sin felices viviendo de esta manera. Puede no gustar mi comentario , por experiencia sé que sólo atienden a la gravedad de sus acciones cuando ya es tarde. Nadie les da un baño de realidad.
Es muy fácil decir que el comentario está bloqueado. Los vecinos del príncipe lo tienen muy fácil, como saben quiénes son que los denuncien y se dejen de echar la culpa a todos menos ellos.
Es muy fácil decir que ellos mismos tienen que acabar con su problema. No es fácil cuando tienes hijos y familia que vive en el barrio, donde estos delincuentes pasean a sus anchas, amenazan a todo el mundo...póngase en su piel...Es difícil vivir amenazado y que puedas sufrir cualquier mal en tu persona, la de tu familia o tus propiedades...Es necesario que el Estado se implique.
Pues reaccionar ya y hacedlo explícito y si después de hacer todo lo que humanamente se puede, lis políticos no te hacen caso habla con tus vecinos y decidid vosotros,no los políticos que sólo piensan en ellos y en sus familias , qué barrio, qué pueblo qué ciudad queréis para nosotros y vuestras mujeres y por supuesto,hijos/as.
Ni olvidéis , casi todos los políticos tienen una segunda vivienda fuera.