Hay ocasiones en las que la suerte decide aparecer en el escenario de la vida. Otros a eso le llaman la protección del ángel de la guarda. Sea lo que fuera, esta tarde en Ceuta un hombre ha vuelto a nacer. Ha sido en la avenida San Juan de Dios, al lado de la farmacia.
Sobre el asfalto ha caído un cascote de grandes dimensiones desde una altura de seis pisos. Poco antes esta persona pasaba por el lugar. Evitó verse afectado porque antes se desprendieron unos trocitos pequeños lo que le hizo mirar hacia arriba. Eso le salvó, se apartó rápidamente y evitó que ese cascote “de tamaño de tres cuartas”, explican testigos, le diera de lleno. “Lo habría matado”, detallan.
Ese mirar hacia el cielo, ese aviso del que se percató, esa suerte o ese ángel de la guarda hicieron que no se produjera un siniestro de mayor calado.
Hasta el lugar acudieron unidades de la Policía Local pero también de Bomberos, que se encargaron los primeros de controlar y asegurar la zona mientras que los segundos retiraban la zona dañada de la parte superior con ayuda de una grúa.
Servicios continuados para asegurar cornisas de edificios
El suceso queda en un servicio más policial y del SEIS, pero también como el momento más acertado para que hoy un ciudadano de nuestra ciudad pueda seguir seguro, con su vida, sin tener que lamentar consecuencias peores y más graves.
La zona ha quedado limpia y el lugar asegurado. Entre los cometidos de los integrantes del Cuerpo de Bomberos están precisamente los de garantizar el estado de las cornisas de edificios cuando son avisados de desprendimientos.
Son sucesos con consecuencias que pueden ser gravísimas, sobre todo si los trozos desprendidos son de gran volumen o caen desde una elevada altura.