Un día, no recuerda exactamente cuando, pero siendo muy pequeño, Luis Carlos Zambrano buceó por primera vez y quedó maravillado. Nunca dejaría de hacerlo desde entonces y su carrera profesional se orientaría hacia ese mundo que para él es "esencial". El submarino. Lo que no entraba en las quinielas es que se convirtiera también en un artista bajo el agua y que su obra se expusiera en Ceuta, en concreto, en el Revellín.
Empezando por el final, para Zambrano no es su primera vez en la ciudad autónoma, pero casi. Hace un tiempo vino "a impartir una conferencia" y básicamente tuvo que "salir corriendo" para coger el barco.
Esta vez tendrá más tiempo, "iré temprano y aprovecharé toda la mañana" para "visitar la ciudad", antes de que llegue la hora de la inauguración de su exposición, prevista a las 20.00 horas en el Museo de Ceuta.
Quizá le de tiempo hasta a sumergirse, como hace prácticamente cada jornada de su vida, dada su carrera como restaurador de patrimonio subacuático. "No me dedico profesionalmente al arte, aunque lleve adelante una carrera artística, siempre vinculada a mi labor con la arquitectura submarina", explica.
Su obra, de carácter divulgativo, "busca concienciar, llamar la atención", en lo que constituye un grito de auxilio en busca de la salvación de aquello que le inspira. Para ello baja a las profundidades, armado de "un papel especial y carboncillo" y observa, anota y asimila. Casi no quiere salir: "Cada vez que me sumerjo, me influye".
En el exterior, alejado de branquiados, desarrolla "técnicas atípicas" inspiradas en la antigüedad y plasma lo visto y sentido sobre "estuco" para dar relieve, creando composiciones muy influenciadas por las láminas de historia natural del siglo XVIII.
Los resultados estarán al alcance de los ceutíes hasta el próximo 15 de octubre, gracias a la selección de 40 obras que Zambrano traerá al Museo de Ceuta, en el Paseo del Revellín.