Abdelmoughit es otra cara de la desesperación familiar en
Marruecos. De la ciudad de Larache, a este joven le ha tocado una de las cosas más dolorosas que puede tener cualquier persona: ver desaparecer a un familiar. Eso es lo que le ocurre, ya que desde hace 12 días no sabe nada de su hermano Youness, más pequeño que él, que movido por la desesperación que viven tantos jóvenes marroquíes se lanzó al agua para intentar llegar a España. Ahora no saben dónde está, si llegó a Ceuta, a otra parte o si tristemente perdió la vida. "Mi hermano lleva doce días desaparecido, no sabemos nada de él", comenta Abdelmoughit, que se pone en contacto con El Faro de Ceuta por si es capaz de encontrar cualquier mensaje de esperanza. No sabe si está en Ceuta, si llegó aquí o si directamente ni se acercó a nuestra ciudad y la ruta le llevó a otro lado. Lo que sí asegura es que Youness Sekaf, de tan solo 24 años de edad, salió el pasado 3 de agosto de 2021 "a las 11:00 horas". Lo hizo desde Dalia Beach, una preciosa zona de playa unos pocos kilómetros al norte del puerto de
Tánger Med. La familia, desesperada en Larache, sigue sin entender el paso que dio Youness, que según cuenta su hermano mayor, no es muy alto (1,64 metros de altura) y se fue "sin nuestro conocimiento, sin escucharnos". Según afirma Abdelmoughit, se lanzó al mar junto a un amigo, del que dice que tienen noticias de que llegó a España -no puede o no es capaz de dar datos de cuándo y a que lugar- pero lo hizo solo, sin la compañía de Youness. Cuenta su familia que la intención de este joven desaparecido no era llegar a Ceuta, o así lo creen ellos, pero que al ver las noticias de llegadas de inmigrantes a nuestra ciudad quieren tener algún dato o noticia de que alguno de ellos sea Youness. Según el testimonio de Abdelmoughit, su hermano y el amigo de este se fueron "nadando", aunque la distancia desde Dalia Beach es muy amplia hacía las costas peninsulares (todo el
Estrecho) o hasta Ceuta. "Fueron a nadar, eran buenos nadando, pero mi hermano no creo que pudiera alcanzar", expresa con preocupación. Dice que fue su amigo, "que nadaba bien", quien le animó a hacerlo. En Larache sigue la desesperación, la tristeza y el no tener ninguna noticia sobre un miembro de esta familia. Lo mismo ocurre en tantas otras, caras visibles del drama migratorio, de la tragedia que cada vez se hace más difícil gestionar. "Mi madre está muy preocupada por él. Le dijo que no fuera a la inmigración ilegal", termina Abdelmoughit.