En pleno
temporal, en medio de toda esta situación de presión que se registró en Ceuta durante las últimas horas, pudo haber ocurrido una tragedia, ya que un súbdito yemení de solo 24 años se arrojó al mar para bordear el espigón de
Benzú, llegando a nado hasta la playa. Eran las seis de la madrugada cuando la
Guardia Civil lo encontró, dando aviso a la
Cruz Roja para que se activara el ERIE y se le pudiera atender garantizando así que se encontraba en buen estado de salud. El joven confesó que llevaba 3 años de ruta. Su estado de salud era bueno sin presentar síntomas de covid ni, en apariencia, de ninguna otra enfermedad. Ahora su futuro pasará por ser ingresado en el
CETI junto a más yemeníes que están ocupando las instalaciones del Jaral después de haber llegado hasta suelo español durante las últimas semanas y meses. Hay que mencionar que su cruce, logrado finalmente este lunes 4 de abril, estuvo marcado por el riesgo, ya que el oleaje era tremendo durante esas horas, pero insistió en cruzar llegando al arenal, como decíamos, en aparente buen estado de salud aunque con el cansancio lógico después del gran esfuerzo realizado. Es en estos momentos cuando hay inmigrantes que buscan una entrada a Ceuta porque consideran que lo tienen más fácil o porque sospechan que puede haber menos vigilancia. Lo que no saben es que ponen en riesgo sus vidas, porque el temerario mar puede ahogarlos o puede hacerlos desaparecer como en tantas situaciones registradas en la Frontera Sur de Europa. Por otro lado esta mañana y madrugada han sido encontrados tres subsaharianos que dijeron ser de Sudán en la carretera de Benzú, tras haber llegado a Ceuta en pleno temporal. El colectivo yemení huye de una tierra en permanente conflicto buscando en las puertas de Ceuta o de
Melilla su entrada en España. Se trata de una nacionalidad que cada vez está más presente tanto en el centro de internamiento temporal de Ceuta como en el de la ciudad hermana.