Con esta expresión sancionaba las propuestas de la oposición durante los 90 el “Señor X”, el de la banda terrorista que cometió crimen de Estado, el GAL, matando, secuestrando e hiriendo a más de 60 personas. El mismo Felipe González que no fue nunca capaz de asumirlo por mucho que sus ministros iban entrando en la cárcel. Este fue el máximo referente del socialismo español durante 30 años, esta es la respuesta que el socialismo daba a los problemas de los españoles.
Cuando tan solo llevamos 6 meses de gobierno de “regeneración política”, hemos descubierto que Sánchez y 9 de sus ministros están envueltos en casos de corrupción y escándalos éticos. Tenemos que realizar autocrítica, lo que los cristianos llamamos examen de conciencia, y pensar qué hemos hecho tan mal para tener los últimos gobiernos que hemos tenido e intentar corregirlo en las próximas elecciones.
La defensa de este Gobierno de naturaleza corrupta no puede basarse en “...y dos huevos duros” que achacan al pasado gobierno del PP. Lo que hicieran los corruptos del anterior gobierno que lo paguen en los juzgados de la mano de los de ahora.
Lo que ahora verdaderamente importa es mirar al futuro, y este futuro se antoja muy parecido al extremadamente corrupto Gobierno de Andalucía, a la corrupción asumida, a la prepotencia aceptada, al derecho de pernada sobre los trabajos y sudores hechos heredad, al enchufismo y clientelismo político, a consentir la miseria y la prebenda como medio de vida, a encajar que el paro y un pésimo sistema educativo es parte de la vida, a sobrellevar con sorna que nos roben en la calle, el coche o en las casas; en definitiva a vivir como un necesitado económico, de libertades y de futuro.
No nos estamos jugando gobiernos de 4 años. Nos estamos jugando el coger o no coger trenes que solo pasan una vez. Toda la vida lamentando que a España llegaba todo tarde, y ahora tan siquiera va a llegar.
La economía se desacelera raudamente, las libertades se pierden con la misma velocidad, los derechos sociales se retraen y comienza a aparecer una nueva clase social, la de los trabajadores por sueldos miserables que siguen siendo pobres: la esclavitud del hambre.
Mientras este gobierno se dedicaba a ir a la boda de su cuñado en helicóptero, a utilizar el avión para ir a Valladolid, o a hacerse la foto en la Cuba que reprime a la oposición en las cárceles; hemos perdido peso político en nuestras relaciones internacionales, los separatistas están más envalentonados que nunca, los terroristas son homenajeados, la libertad de prensa y opinión se ha ido cercenando, y el dinero ha ido huyendo de inversiones en España.
El “y dos huevos duros”, no solo es una expresión soez, grosera e impropia de un hombre de Estado. Es una burda broma que intenta ocultar la realidad de lo que está pasando: un mal pasado, un presente tirado, y un futuro nada halagüeño.