Y con el plan de empleo llegó la tensión

Los trabajadores de la Oficina de Empleo que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) tiene en la calle Pedro de Meneses lo suelen poner como ejemplo de la presión a la que están sometidos a diario. “...Sí, el tipo llegó y sacó allí delante de todos una pistola... que luego nos dijeron que era como de juguete. Ya te puedes imaginar el revuelo y el susto”, relata ahora con tranquilidad Yolanda Aparicio, de UGT a los micrófonos de COPE Ceuta a colación de la última agresión a un funcionario de aquella oficina, ocurrida esta semana. “Desgraciadamente nos ocurre muchas más veces de las que deseamos”, añade. Con mucha resignación y como si fuera algo que para ellos es casi lo normal, Yolanda subraya que episodios “violentos y realmente graves” son “a lo sumo tres o cuatro al año”, eso sí, suelen darse con  más frecuencia cuando llega una época temida por el personal del SEPE: los planes de empleo. “La gente se pone excesivamente nerviosa, nosotros aguantamos estoicamente porque somos conscientes de que lo están pasando mal y que en muchos casos su situación es desesperada, pero pagan el pato con quien menos culpa tiene, se ponen exigentes y se sacan las cosas de contexto”. Algo así como “leña al mono que es de goma”, sugiere Yolanda.

El episodio de la pistola simulada ocurrió en diciembre de 2012 cuando un usuario entre el público blandió lo que parecía un arma de fuego y cundió el pánico entre las decenas de personas que esperaban para sellar la cartilla o para hacer gestiones. “No nos amenazó a nosotros directamente, pero la enseñó, luego resulta que era simulada, pero nosotros no lo sabíamos, imagina el jaleo que se organizó”. Una anécdota que queda ahí pero que es el mejor ejemplo de, por una parte, la desesperación del desempleado y por otra de la presión a la que la plantilla que les atiende está sometida. “Este tipo de hechos se da pocas veces al año, pero si tenemos casi a diario usuarios que nos increpan y se ponen nerviosos cuando tienen que esperar”, añade.
A raíz de aquel episodio la Delegación del Gobierno, dice UGT, adquirió el compromiso de que la Oficina de Empleo entrara dentro de las rutas de patrulla de la Policía Nacional, especialmente en momentos de mucha tensión, que como ahora, se está tramitando el nuevo plan de empleo,  “aunque no con una presencia permanente si darse una vuelta, especialmente en momentos como ahora que se están tramitando planes de empleo, pero no se está haciendo”, lamenta la representante de UGT.
El último episodio ha ocurrido esta semana. Un usuario terminó lanzando una silla a uno de los trabajadores porque no le atendía. Este funcionario estaba realizando otras tareas que en ese momento no eran de atención al público. El usuario no lo entendió y tras insultarle en árabe y en español decidió arrojarle una silla que terminó impactando en otra compañera. Con el revuelo, el individuo se escapó de rositas sin que la Policía haya logrado detenerlo, aunque sí identificarlo. Los trabajadores piden más seguridad porque la masa es a veces difícilmente contenerla incluso con los dos vigilantes privados. “Se ha visto que no es suficiente porque este individuo puso en peligro no solo a los compañeros sino también al resto de usuarios”. En marzo otro de los trabajadores fue también objeto de las iras de un usuario, que le profería insultos y vociferaba en mitad de la oficina, “lo denunció pero luego decidió retirarla tras las disculpas de este hombre”, añade.
La última polémica suscitada ha sido la apertura de una pequeña oficina anexa al INEM y donde se  procede al sellado de las cartillas del paro y que está provocando también la desesperación de los usuarios que esperan en la calle.