Con toque seco, un jondo quejío y mucha alma arrancaba la cita otoñal con el flamenco que cada año organiza la Asociación Peña Amigos del Flamenco. El Salón de Actos del Palacio Autonómico abrió sus puertas a un despliegue de arte que la asistencia disfrutó y se encargó de ovacionar este mismo viernes.
Un conocido grupo de artistas locales fueron los encargados de invitar a un viaje por por el flamenco más puro. Un camino en el que se reflejó como la vida misma, la vida como viaje existencial y emocional. Con sus ganas, su pasión y amor, rindieron homenaje a la memoria y el reconocimiento a ese arte llamado flamenco, el mismo que inundó la estancia y consiguió que el corazón de los asistentes palpitase y se acelerase.