Las personas a las que el Estado de Alarma provocado por la pandemia del coronavirus les pilló desprevenidos están, poco a poco, volviendo a sus hogares. Es el caso de Luis Luna, un ceutí que ha convivido con su hermano pequeño durante 55 días de confinamiento en Málaga.
Luna tuvo que solicitar el permiso para volver a la ciudad a la Delegación del Gobierno de Ceuta porque sin ese permiso no se puede viajar. Dice que lo concertó todo “vía online, hasta que tuve todos los documentos necesarios para enviarlos por correo. Finalmente me aprobaron el viaje para el día que solicite, para ayer ocho de mayo”.
A día de hoy solo hay operativos dos barcos durante la jornada: uno a las 10.30 horas y el de la noche, a las 23.30. Luna vino en el de por la mañana, por lo que tuvo “que madrugar mucho para salir del piso de Málaga. Marché a las siete de la mañana. Cogí un taxi porque no me sentía seguro en un autobús”, cuenta, “desde Málaga hasta Algeciras fui en el taxi completamente protegido, igual que la conductora. Ambos llevábamos guantes y la mascarilla puesta”.
“Además me senté en diagonal a ella, en el asiento de atrás, para mantener la máxima distancia de seguridad entre nosotros”. Luna cuenta que una vez llegó a Algeciras había un dispositivo de seguridad enorme y muy complejo para evitar contagios del COVID-19 en la estación marítima.
Primero “me indicaron dónde debía sacar el billete y ahí me hicieron rellenar una hoja donde detallé mis datos personales, incluidos el número de teléfono y el correo electrónico”, relata, “ahí es donde me dijeron que tengo que estar 14 días completamente en aislamiento en mi casa desde el momento en el que pise Ceuta. Esto lo exigen desde Sanidad”.
Antes de entrar al barco rumbo a la ciudad, un marinero se encargó de echarles gel desinfectante en las manos a todos los pasajeros.
Luna asegura que el trayecto fue muy tranquilo, solamente iban doce pasajeros en el barco y había muchas zonas precintadas para que no se juntaran. No todos los asientos eran accesibles. Así consiguieron la distancia mínima de seguridad durante todo el viaje. Además por megafonía recordaban continuamente que era obligatorio el uso de mascarillas durante todo el trayecto.
“Lo primero que he hecho al llegar a casa es ducharme para después abrazar a mi madre”
El barco supuestamente tenía que zarpar a las 10.30 horas desde Algeciras, pero se retrasó casi treinta minutos. Y, aunque el mar estaba tranquilo y el barco no se movió mucho, llegaron una hora y pico después de lo marcado”. Una vez atracó en el puerto de Ceuta, los pasajeros bajaron. Pero ahí había una persona de Sanidad para recoger los papeles que habían rellenado en Algeciras. En el papel “nos preguntaban también si había pasado el coronavirus o si en algún momento he tenido síntomas. Afortunadamente no ha sido así y por lo tanto señalé todo que ‘no”. Una vez pasó esto, cogí otro taxi hasta mi casa “ya por fin en Ceuta”, y lo primero que hice fue meterme en la ducha y echar la ropa a lavar antes de abrazar a mi madre.
“Ya estoy en casa y me quedan 14 días de aislamiento que voy a cumplir encantado. Todo sea por el bien de mi familia y de los demás”, concluye.
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