Ceuta volvió a vivir un día para el recuerdo. La Virgen del Carmen bendijo las aguas de nuestra ciudad y lo ha hecho arropada por cientos de ceutíes. Una en la Almadraba, otra en la Ribera, pero las dos sintieron el cariño y el calor de todos los caballas.
Una cita ineludible, de mucho arraigo, y que cada año se vive con gran fervor. Las lágrimas de los devotos presenciando a la patrona de los marineros es la mejor imagen para explicar qué sienten los ceutíes cada 16 de julio. Da igual el tiempo que pase, las altas temperaturas que azotaron este martes, la Virgen del Carmen siempre recibe el halago de todos.
Muchos fueron los niños que estuvieron en el arenal para festejar esta conmemoración. Una escena de altura ya que es importante que los pequeños vivan las tradiciones para que estas perduren en el tiempo.
La Virgen del Carmen de la Almadraba anhela estar de nuevo en su barriada, de donde nunca se tuvo que mover, pero que imágenes más bonitas deja cuando se pasea por el centro o cuando recorre el foso en la embarcación.
La Reina de los Mares del centro también maravilló a todos los presentes. Jamás se puede olvidar esa imagen por los bajos del Mercado Central y cómo los ceutíes la esperan en el arenal de la Ribera. No solo es importante la bendición de las aguas, ya que también es importante arroparla en cada momento hasta su retirada.
En definitiva, una nueva jornada de júbilo y de devoción en la que los caballas han demostrado por qué tienen tanto cariño a la Virgen del Carmen. “¡Viva la Patrona de los marineros!”.