Desde que el pasado jueves más de 600 subsaharianos protagonizaran uno de los saltos a la valla más violentos de los que se recuerdan en la historia de Ceuta, son muchos los líderes políticos a nivel nacional que han aprovechado esta tesitura para visitar nuestra ciudad.
El viernes vino el secretario general de Vox, Javier Ortega y hoy esperamos la visita de Albert Rivera, el líder de Ciudadanos a nivel nacional. Por si no fuera poco, el miércoles, en plena feria, cruzará el Estrecho con destino a Ceuta el recién estrenado presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado. Todos ellos declaran venir en apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con la finalidad de conocer de primera mano, in situ, la situación fronteriza que se está viviendo en Ceuta, después de la proyección nacional que tuvieron los acontecimientos del pasado jueves.
Parece ser que tienen que suceder episodios tan lamentables como los de la semana pasada para que Ceuta esté en el punto de mira de la política nacional y se empiecen a interesar, oportunamente, de los problemas que a diario sufren todos los ceutíes a causa de ser una ciudad fronteriza.
Al parecer Ceuta sólo importa cuando 600 personas cruzan en avalancha una valla para ser trasladados a un Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes que lleva meses saturado, cuyos usuarios han reclamado la salida de esta ciudad tal y como lo establece la ley.
De igual manera, para estos visitantes políticos, la frontera del Tarajal les debe parecer que está en calma durante todo el año, porque hasta que no ocurren este tipo de eventos no se paran a mirar lo que aquí abajo sucede. Ignoran por completo lo que el caos fronterizo provoca día con día en la economía de nuestra ciudad, al igual que han ignorado los reclamos que desde la Administración local se han elevado para buscar una situación, con premeditación, para evitar actos como los ocurridos en el pasado.
Es triste que tengan que suceder estas cosas para que pongan la vista en la ciudad de Ceuta.