Para algunos, derecho fundamental es derecho a la vida, aunque a veces se prive de ello a personas por nacer en el país equivocado. No obstante, hoy no escribo para visibilizar actos que, si bien merecen ser tratados, ya muchos se encargan de hacerlo. La libertad de expresión muere cada día y no hay nada peor que alguien tenga el poder de silenciarte, aun cuando estás callado.
Vivimos en la sociedad del ruido constante y sin sentido, de los gritos ensordecedores de la gente, de la obra interminable de la barriada... Es inútil escapar de ello de forma inmediata. Sin embargo, ciertas vías son vetadas por no ser de gusto para todos pero ,
¿Quién tiene la verídica potestad de llevar a cabo tal juicio? Nadie.
Hoy en día cada uno mira por sus intereses, nos hemos sumido en la introspección más absoluta sin levantar la cabeza de nuestro propio ombligo, a menos que se quiera incordiar a alguien, ahí el juego cambia.
A pesar de todo ello, hay personas que sí se preocupan por no molestar al resto y que simplemente quieren explorar artes como la música para sí mismos y, ocasionalmente, para un público con ganas de escucharlos. Pero no importan los medios que se utilicen, siempre hay un "pero" cada vez mayor que impide llegar a un objetivo. Esto no hace más que contribuir a la destrucción de la libertad de expresión que tantos años ha costado conseguir y al menoscabo de la ilusión y el empeño que los artistas depositan en su trabajo. Y funcionan como una cadena, pues omitir su arte es ignorar a su persona.
¿No existe suficiente ignorancia en el mundo para dejar escapar aquellas cosas que todavía dan sentido a la vida?