Narrar una vida desde un punto de vista, es como salir de casa sin dinero. Sabes que en algún momento te hará falta algo y deberás darte la vuelta para poder comprarlo. Y es que solo una persona no está.
Hay mucha gente que son tus compañeros de viaje.Ese que nunca se sabe cuando terminará. Y mientras tanto, escuchas miles de ideas que, aunque uno vea que son descabelladas, para otros serán la maravilla del instante.
Y así va transcurriendo las manecillas de nuestro reloj particular.
Ese al que cada dos por tres tenemos que cambiar las pilas, o por ser viejo tendremos de sustituirlo por otro, más moderno o más útil, para nuestro continuar en el sendero que nos hemos trazado.
Aunque muchas veces tenemos la sensación que hemos cambiado de vía, y no ha sido por tener nosotros las ganas, sino porque nos hemos desviado por algún acontecimiento.
Y los días van para arriba y nosotros aquí viendo como las horas se van agotando, y ya queda menos para ir a la casa o donde tengamos que ir
El sueño viene cuando le place y no cuando queremos que venga.
Y aquí con toda la paciencia, dando esa vuelta que deseaba para estos momentos. Escucho murmullos en la calle, y me fijo en mi pulsera con horas y veo que será porque está a punto de comenzar un acontecimiento muy especial. Teniendo esa referencia, me quedo mucho más tranquilo, aunque me hubieran dado ganas de estar allí, junto a esos que ya veo como un familiar cercano y no del césped, que lo tenemos aquí al lado, pero que no podemos tocar, ya que está prohibido, y si tener en la mano preparado el líquido elemento de la vida y el que nos da esa refugio, para poder seguir ayudando a nuestro equipo, que está en el campo, dejándose la piel, por intentar tener un buen resultado. Entre sorbo y saciándome los nervios con unas pipas, veo transcurrir el partido. Los vítores se escuchan desde mi ventana, que está muy cercana, al campo Alfonso Murube, y si bien ahora hay un buen silencio, ya me iré enterando cuando escuché algún ruido que me pueda dar pistas de lo que va sucediendo dentro. Y aquí, esperando el momento para hacer mis trámites, para ir a un lugar, donde sacar mi sustento, y de mi familia.
Y así va transcurriendo ese día, horas, minutos de esta nuestra deseada vida cotidiana.