La academia de baile de Rosa Founaud canalizó a través de la danza las emociones de un niño asperger con un espectáculo de baile clásico y moderno. La obra volvió a impresionar al Revellín que logró reunir a un numeroso público
El Auditorio del Revellín congregó ayer a decenas de ceutíes entre sus paredes que se trasladaron hasta el teatro para llenarlo con esa solidaridad a la que apelaba Founaud para que se pasasen a ver su función. Ya que gracias a la recaudación de este espectáculo la asociación síndrome de Asperger obtendrá un pequeño pellizco con el que hacer frente a la gran cantidad de gastos que deben sufragar y por los que apenas consiguen subvenciones.
¡Para entenderme... emociónate conmigo! aterrizó sobre el Revellín como un espectáculo diferente, que denotaba la gran creatividad de su coreógrafa ante nuevos retos. Founaud quiso contar en su equipo con un nuevo miembro, Pablo, un niño afectado de Asperger que en su estreno debut llegó como protagonista e hilo conductor de la función. ¿Te has planteado alguna vez un mundo diferente? planteaba el niño a la asistencia.
A través de la figura de Pablo la directora y coreógrafa quiso reflejar los continuos problemas que sufren estas personas para canalizar sus emociones. Con la salida a las tablas de las bailarinas comienza la actuación, es la llegada de las emociones de Pablo que hace un recorrido por los diferentes estados emocionales que se pueden experimentar para llegar al cénit de la felicidad, una situación que encuentra gracias a la danza con la que consigue canalizar todas sus emociones.
La actuación, de unos 25 minutos, volvió a denotar el gran nivel técnico del equipo de Founaud que consiguieron emocionar, empatizar y disfrutar de un espectáculo cargado de mensaje a través de la danza clásica y moderna. La elección de un vestuario simple y un escenario despoblado lograron poner el acento en el cuerpo, que se presentaba en escena como el gran protagonista de la obra, ya que es mediante esos cuerpos con el que las bailarinas interpretan y dan diferentes cualidades al movimiento. Aparecían como cuerpos perceptivos y metafóricos que simulaban emociones, las emociones y sentimientos de Pablo, que las dirigía en cada una de sus acciones. Muy importante y determinante para llegar a la empatía del público fue el intenso juego de luces con las que se estableció un símil entre los colores y las emociones.