Yo la verdad que no creo en la casualidad pero después de que un buen amigo que estoy harto de estar con el jugando al ajedrez todo los días que nos dejan nuestras apretadas agendas laborales, meritales y paternalistas me dijera que él era capaz de salir de su cuerpo lo agarré literalmente como es lógico y le dije que ni un día más se podía ocultar esto ya que yo tenía que enterarme del mecanismo para poder hacer un viaje astral. Quedamos en su casa y allí me dijo que tomara nota de la experimentación que íbamos a hacer en vivo. Y eso es lo que voy a trascribir ahora en este artículo lo que hizo mi amigo en directo. Lo primero que hizo fue ponerse en su cama de cúbito supino, es decir, boca arriba, con las manos extendidas hacia su cuerpo y las palmas de sus manos hacia arriba. Los ojos cerrados y empezó a relajarse a pensar en blanco y ralentizar el ritmo cardíaco, esta fase duró casi tres cuartos de hora. Luego “empecé a entrar en una espiral muy grande y luego en una más pequeña y por fin pude salir de mi cuerpo viéndome a mí y a ti, me encontraba pegado en el techo es una sensación muy bonita y placentera ya que te encuentras prácticamente con una libertad sin igual, me desplacé hacia la otra habitación y luego volví a la estancia donde se encontraba mi cuerpo inerte allí y de repente como si me cayera de una escalera entré nuevamente en mi cuerpo, sentí primero un ahogo muy fuerte y luego abrí los ojos y tu me vistes como estaba”. El tiempo del experimento fue aproximadamente de dos horas y media y durante la primera fase estuve controlando el ritmo cardíaco que lo tenía al principio en 105 pulsaciones por minuto, que fue rebajando hasta los 40. Tenía al principio el cuerpo con una temperatura normal, hasta pasado los tres cuartos de hora que pasó a estar bastante frío, y cuando volvió los ojos los tenía completamente abiertos y con una sensación de sorpresa que fue paulatinamente pasando a la relajación.
La primera pregunta que le hice era que cuantas veces había hecho esto y quién se lo enseño respondiendo que ya eran muchísimas las veces que lo había hecho y que empezó a experimentar en Tánger ya hace muchísimos años y que la técnica de relajación la había mejorado aquí, con unas clases que habían estado de yoga. La siguiente pregunta fue si podía recorrer mucha distancia fuera de su cuerpo y me dijo que nunca había pasado de la estancia de al lado porque no se fiaba de poder volver a su cuerpo natural. A la pregunta de si era capaz de coger algo de la estancia, me dijo que no pero que le habían dicho que con práctica podría hacerlo en el futuro, así que lo que tenía que hacer es practicar mucho más. Crees que te podrías quedar fuera de tu cuerpo alguna vez, con una sonrisa me dijo que si que por eso procuraba estar el mínimo tiempo posible y que tenía mucho miedo de quedarse fuera. Ahora crees que ¿el hombre está compuesto de cuerpo y algo parecido a lo que se le llama alma?. Pues no se que responder se que tenemos dentro de nosotros algo que como es lógico no es de carne y hueso porque ya has visto que se queda ahí. El silencio fue lo que corrió entre nosotros y por eso creo que es una buena pregunta para responderlas ustedes.