Hay proyectos que se vendieron en Ceuta como lo más. Venían bendecidos por las más instancias superiores y con el caramelo del ‘ok’ de Europa. Ocurrió con las torres del Hacho, la mejor forma que concibió el Gobierno local para cargarse el paisaje de Ceuta y para construir viviendas que más parecen cajas de cerillas. Pero las hizo, y las hizo mal. Se cargó la imagen de la ciudad y levantó casas de calidad más que cuestionable dejando en el aire la finalización de la obra. Así tenemos las enormes torres y al lado un lugar desangelado, en el aire, que se ha convertido en vertedero y ahora también da cobijo a un asentamiento.
Estas son de las cosas que empiezan mal y terminan peor. De las cosas que vienen gafadas desde el principio. De las actuaciones que podrían enmarcarse en aquella oscura política de vivienda que solo arrojó un sarpullido: el caso Emvicesa. Poco es.
Lo curioso es que todos son conscientes de lo que sucede. Lo son porque a vista de todos asoma una obra inacabada y, también a vista de todos, se presenta un asentamiento colindante con un vertedero. Con ese panorama conviven a diario los residentes sin que sus críticas durante años y años hayan surtido efecto. Literalmente no les hacen caso, porque la institución municipal igual hasta pensará que el ciudadano tiene que besarle los pies por obtener una vivienda de protección. Se confunde con demasiada facilidad el dinero de todos con el de uno propio y la obligación de llevar a cabo proyectos con el mercadeo y las exigencias de pleitesía.
Y así estamos, con miedo a abrir la boquita y con ese convencimiento de que por mucho que critiques lo que está mal siempre habrá una institución que ni repara en dar soluciones y que busca las excusas para justificar que hacen lo que pueden.
Con las famosas torres del Hacho no lo han hecho bien. Es evidente que esta situación no puede permanecer así por más tiempo, sobre todo porque cada vez aparece un problema nuevo para unos residentes que no tienen por qué dar las gracias por disponer de una casa, la disfrutan con todo su derecho y con ese mismo merecen tener un entorno digno, no el que este Ayuntamiento se empeña por mantener año tras año.