No se dejen engañar por los títulos de los artículos. En ocasiones, como esta, nada tiene que ver el titular con el contenido: son estrategias publicitarias para captar la atención y que el lector eche los ojos al cebo del escritor.
Algunos, como este, tienen la intención de denunciar y proponer un horario de verano para el famoso “parque de perros” protagonista de tantos cañonazos. No pretendo que esta columna de opinión tenga el propósito de vender “comida basura” a los ceutíes, ni engordar las panzas de los que su dieta se basa en la comida rápida.Hagamos un poco de Historia. El periodista deportivo y dibujante Thomas Dorgan, escribió una columna en la que bromeaba sobre la venta de perritos. Solo que, como no conocía la expresión 'dachshund', bautizó aquel tentempié como 'perro caliente'. Su columna fue tan comentada que dejó acuñada la expresión y, desde entonces, todos sabemos que un perrito caliente no tiene cuatro patas.
Y vayamos al lío. Nuestro querido parque de perros mantiene un horario de apertura y de cierre para todo el año. Se abre a las 9:00 y se cierra a las 21:45. Salvo la semana de Feria que mantiene sus puertas cerrada, por motivos obvios, horas de desinsectación, desinfección o algún día en la que las empresas encargadas del mantenimiento tengan que ejecutar alguna obra o reparar cualquier estropicio en las instalaciones. Pero el horario habitual se mantiene.
Los compañeros usuarios, y ya amigos, charlamos de remitir una propuesta a la consejería correspondiente: ¿Se podría cambiar el horario en verano? ¿Sería procedente para perros y personas? Ganaríamos un espacio nocturno para que nuestras mascotas camparan a sus anchas, gozaran del cielo estrellado de la perla del Mediterráneo y disfrutaran sin sufrir los rigores de un calor en el que se pueden convertir en perritos calientes, esta vez, literalmente.