Existen contradicciones que empiezan a inquietarme, porque hay cosas tan evidentes que no pueden cuestionarse. Hay falacias que de tanto repetirse generan dudas entre los ciudadanos, pero no es menos cierto que esas dudas deben desaparecer cuando nos sentamos a reflexionar sobre ellas. Sin embargo, pararnos a reflexionar sobre cuestiones que nos afectan es una virtud que no tenemos los españoles.
Una de esas contradicciones es exigir mejores hospitales, universidades, carreteras, escuelas, viviendas públicas y ayudas sociales y, por otro lado, defender que se bajen los impuestos, cuando esos impuestos no nos afectan a la inmensa mayoría de los españoles, pero como decía, hay mentiras que de tanto repetirse no generan dudas y automáticamente nos las creemos y defendemos.
El viernes me encontré a un buen amigo cuando iba a pasar consulta en la clínica Jáudenes. Como faltaba más de media hora para la consulta decidimos tomar un café y charlar un rato. Juanito, así siempre hemos llamado a mi buen amigo, escucho hablar a un cliente sobre el impuesto de sucesiones y empezó a despotricar sobre este impuesto tan injusto, además de reprocharme que yo no estuviera en contra de tan injusto impuesto.
Una vez que le dejé desahogarse, le dije “si a ti no te afecta este impuesto para nada. Tú vives de alquiler, no vas a heredar nada de nadie, ganas menos de 1.500 euros al mes y encima no tienes hijos a quien dejar nada, ¿Por qué estás en contra de este impuesto?”. La respuesta es que escuchó en la radio que una persona se quejaba porque tenía que pagar 50.000 euros del impuesto por heredar de un familiar. Eso sí, no supo decirme cuánto heredó esa persona. Al final me dijo “no me jodas, llevas razón, a mí no me afecta”.
“Hay muchos buitres dispuestos a manipularnos en beneficio propio y tenemos poco tiempo o muy poco interés en informarnos y reflexionar sobre lo que escuchamos o leemos. Demasiados egoístas para pararnos a pensar que aquí, además de funcionarios, hay empresarios y trabajadores”
Vivimos en un país donde los buitres económicos no paran de lanzar su veneno en medios de comunicación para convencernos que podemos tener una mejor sanidad, mejores universidades, mayores ayudas sociales y escuelas públicas pagando menos impuestos. Buitres que reclaman que se bajen o eliminen impuestos que no afectan ni a Juanito, ni a Pepito, ni a la mayoría de los españoles que llegamos a fin de mes apretándonos el cinturón y sin permitirnos grandes caprichos.
Este mismo viernes, en la sala de espera de la clínica, dos señoras comentaban que no debían de abrir la frontera del Tarajal para que no entraran gente desde Marruecos. Otra señora que estaba en la sala de espera les dijo “tengo una tienda en el centro y si no abre la frontera no tengo más remedio que cerrar, porque los marroquíes le dan mucha vida al comercio local”. Las señoras respondieron, bueno eso sí es verdad. Una conversación muy corta, pero refleja perfectamente la realidad del comercio local y del egoísmo de muchos ciudadanos de la ciudad.
Hay muchos buitres dispuestos a manipularnos en beneficio propio y tenemos poco tiempo o muy poco interés en informarnos y reflexionar sobre lo que escuchamos o leemos. Demasiados egoístas para pararnos a pensar que aquí además de funcionarios hay empresarios y trabajadores que viven del comercio.
MUCHO VENENO DE BUITRE y pocos ciudadanos dispuestos a vacunarnos.