Veinte días de viaje y un objetivo: cruzar a Ceuta. Ese era el propósito de tres argelinos que decidieron
cruzar el espigón para dejar
Marruecos tras casi un mes añorando dejar atrás toda una vida que ahora se empeñan en cambiar. Y lo han logrado este mismo domingo, aunque no pensaban ser encontrados en medio de la gran batida para localizar al ceutí Mohamed, de 17 años, desaparecido desde el 13 de enero.
Miembros de Manada, junto a voluntarios de Protección Civil y a los que se han sumado otros voluntarios, se han topado con los tres jóvenes, de 24, 29 y 31 años. Cansados y desorientados han recibido la asistencia de Cruz Roja cuyos voluntarios han comprobado su buen estado de salud. Al lugar han acudido guardias civiles para proceder a su identificación y trámites necesarios que pasan de entrada por su ingreso en las naves del Tarajal para cumplir la cuarentena.
Atrás queda una madrugada de intentos, en la que bordear el espigón de Benzú era el objetivo de estos tres amigos. Lo hicieron y luego caminaron por la carretera adentrándose después hacia el monte en donde fueron localizados por el grupo Manada. Un hallazgo casual como tantos otros que se han producido en Ceuta cuando senderistas o incluso cazadores que marchan por los montes se topan con personas que acaban de bordear la frontera o incluso saltar la valla. Hoy, en ese operativo especial para rastrear todo
García Aldave en busca de Mohamed, el grupo Manada se ha topado con estas tres personas, sorprendidas y que formarán, en breve, parte de los acogidos en el
CETI. Las entradas bordeando los espigones se convierten en la única posibilidad de muchos magrebíes por cruzar a Ceuta. Lo hacen enfundados en trajes de neopreno o con sus propias prendas de vestir, incluso algunos ayudados de aletas o flotadores como las cámaras neumáticas de los vehículos que transforman en ocasionales salvavidas. Nada más haberse detectado al pequeño grupo de activa el protocolo del ERIE de Cruz Roja mediante la entrega de mantas, mascarillas y test de antígenos.