Los vecinos de la carretera del Jaral y la urbanización La Colina denuncian el estado de abandono que sufren debido a la acumulación de basura, temiendo que se produzcan incendios como los que ya han sufrido en otros años en este punto residencial de Ceuta.
Cuentan que las aceras están impracticables, lo que obliga a los usuarios a circular por la calzada con el peligro generado ya que, en punto de curvas, la visibilidad es escasa y los vehículos suben y bajan en muchas ocasiones a elevada velocidad.
Añaden además que no hay limpieza y se permite que depositen enseres y escombros sin control.
Carteles que no se colocan
Los propios residentes en esta zona han solicitado en numerosas ocasiones que se instale un cartel de prohibido arrojar escombros y enseres, así como acotar la zona donde los suelen depositar de forma que no pueda acceder un vehículo.
No les hacen caso y las imágenes evidencian cómo, con total impunidad, usan esa parte como una especie de vertedero.
Existen numerosas pintadas desde años que dan un aspecto nefasto e impropio de este lugar donde viven muchas familias.
Un aspecto tercermundista
Los propios vecinos apuntan a que se trata de un lugar muy frecuentado por personas que participan en eventos deportivos como la reciente ‘Nocturna’, la cuna de la Legión o el Trail de los fuertes.
Pues bien, la imagen es pésima porque no se quitan las hierbas de las aceras y se mantiene en el olvido un espacio para el que solo reclaman lo más básico que sí se da en otros barrios, como es disponer de un servicio de limpieza, autobús, árboles cuidados para que no constituyan un peligro, escaleras de acceso y una limpieza mínima.
Acampadas peligrosas
A todo esto, se suman las quejas relacionadas con la existencia de campamentos en el entorno del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes -CETI-
Los residentes tienen miedo ya que ha habido años atrás incendios que han podido ser graves si llegan a alcanzar las viviendas próximas.
Sucede que en esos campamentos hacen comidas o fogatas para buscar calor, esos puntos luego no se apagan correctamente y pueden dar pie a incendios forestales. No hay vigilancia por la zona ni, por lo tanto, medidas de prevención de las que se pueda echar mano.