La Comunidad de Propietarios del
Edificio Colores ubicado en el número 36 de la calle Real del centro de Ceuta ha acordado contratar un equipo multidisciplinar de Málaga para dirigir las obras que es preciso acometer en el inmueble para que pueda volver a ser habitado tras el
incendio que sufrió a mediados de julio en el almacén comercial ubicado en la planta baja. Según sus previsiones, no podrán volver a sus viviendas “hasta
Navidad en el mejor de los casos”. Fuentes del colectivo de dueños de las viviendas han explicado que el bloque más alejado de la calle Real es, paradójicamente, el que ha resultado más afectado por el incendio en sus canalizaciones e instalaciones básicas, ya que aunque las imágenes más espectaculares de las llamas y la peor apariencia visual se aprecia en la fachada norte, la mayor carga de
fuego se concentró en la parte trasera del edificio. Actualmente se ha priorizado la renovación de las canalizaciones de pluviales para evitar que en caso de lluvias copiosas se inunde el interior del edificio. La Comunidad se ha topado, casi dos meses después del siniestro, cuyas causas deben ser determinadas por el resultado de la investigación realizada por la Policía Científica de la Jefatura Superior, y en puertas de la asignación de responsabilidades con las aseguradoras de por medio con otro revés, la renuncia “sin explicación” de la empresa que hasta ahora se hacía cargo de la administración de la finca, la sociedad ‘Valriberas’. Los vecinos auguran que
el regreso a sus viviendas será “escalonado” en función de los daños sufridos en cada bloque y casa, especialmente graves en el caso de las ubicadas en la primera planta, que presumiblemente tendrán que ser reconstruidas. La Consejería de Fomento del Gobierno de Ceuta instó tras el incendio a la Comunidad a designar técnicos competentes para, entre otras cosas, la realización de un proyecto técnico que contemplase “las posibles soluciones a los
problemas estructurales observados y reparación de las instalaciones técnicas necesarias”. De acuerdo con los primeros dictámenes de los expertos de la Ciudad, “la mayor parte de la estructura de planta baja y entreplanta y el forjado de la planta primera se vio sometida a importantes esfuerzos debido a las altas temperaturas ocasionadas por la carga de fuego de los materiales almacenados”, por lo que se ordenó apuntalar varios pilares.