Ha sido una de las reivindicaciones estrella de la antigua asociación de vecinos y, hoy, todavía, sigue contando con el visto bueno de la gran mayoría de residentes del Príncipe. Se propone una vía alternativa para aliviar la presión de tráfico rodado que soporta el Príncipe, que pasa por la apertura de un salida que comunique la calle Norte con el nuevo vial, por donde se desviaría el tránsito del autobús. Esta construcción obligaría al desalojo de algunas infraestructuras aunque buena parte de los afectados estaría dispuesta a alcanzar acuerdos con la Ciudad para posibilitarlo. Esta idea se completaría con la apertura del vial de la ITV que lleva varios meses cerrado y la conversión de la calle Fuerte en un solo sentido circulatorio y no dos como ocurre en la actualidad.
Según los vecinos del barrio esta propuesta, que fue defendida por quienes constituían la ejecutiva saliente de la asociación, permite solucionar prácticamente el 100% de los problemas de tráfico que se producen en el barrio.
Problemas que ahora, con el inicio del periodo escolar, van a más. “La circulación en el Príncipe está cada vez peor. Ahora cada familia tiene como mínimo dos vehículos porque los hijos crecen y viven con los padres porque no tienen trabajo para marcharse a otra vivienda. Sí tienen coche y al final en cada casa se juntan dos vehículos para el mismo aparcamiento. Si se abre el vial de la ITV y esta salida, al menos se podrá aliviar el problema que se centra sobre todo en la barriada en el paso del autobús”, indican vecinos del barrio.
De esta propuesta tiene conocimiento el Ayuntamiento puesto que se puso sobre la mesa hace años, tras las reuniones mantenidas con la antigua asociación para la puesta en marcha del plan especial. Un plan con el que buena parte de los vecinos no está de acuerdo porque, aseguran, no se les ha informado ni se les ha tenido en cuenta, siendo ellos quienes más saben de la problemática enquistada en una barriada convertida en peculiar ratonera.
“Hasta el año 98 no había problemas en la circulación, ni tampoco con la subida del autobús. Pero ahora es distinto. Nosotros hemos presentado esta alternativa cuando el problema no era como ahora, con más vehículo e igual infraestructura”, aseveran miembros de la antigua asociación. Recuerdan de este modo una idea de organización arquitectónica que nunca se tuvo en cuenta pero que ahora es defendida por muchos vecinos.
¿Y cuando actúen en San Daniel?
Esa es otra. Los vecinos esperan con incertidumbre el inicio de las obras en la calle San Daniel. Y así es porque todavía no se les ha comunicado dónde tendrán que estacionar los vehículos que ahora aparcan en esta zona. “¿Qué dirán, que vayamos al Polifuncional? Allí ya no se puede aparcar, no se ha tenido en cuenta el follón que se va a montar cuando comiencen aquí las obras”, apuntan. La presión del parque móvil en la barriada es tal que el diseño de la misma se convierte en una trampa. Las calles se utilizan en dos sentidos cuando uno de ellos está prácticamente anulado por el estacionamiento de vehículos en uno de los márgenes. Este caos desemboca en otras problemáticas.