Vanesa Aibar y Enric Monfort protagonizan ‘La Reina del Metal’, un espectáculo con el que pretenden explorar los límites de sus respectivos lenguajes creativos. Este sábado se estrenará en el Teatro Auditorio del Revellín as las 19.30 horas.
–¿Cómo nace este espectáculo?
–El cómo nace es un pelín largo, pero intento resumir. En la época del COVID, que estuvimos todos encerrados y tal, al final de ese año recibí un pequeño apoyo para poder hacer una residencia artística online. Lo hice con dos músicos y uno de ellos fue Enric Monfort, con el que salió una pieza corta.
A raíz de esa pieza corta, con la que grabé un audiovisual muy potente, nos fuimos encontrando y dijimos, oye, vamos a hacer algo largo. Y así nació.
–¿Qué pretenden contar con ‘La Reina del metal’?
–En el proyecto cada uno vertía sus deseos y sus necesidades, pero la más importante era intentar encontrar un punto medio en el que trabajábamos la idea y el concepto de qué hacíamos como intérprete para poder intentar transformarnos a nosotros mismos. Es decir, qué hacíamos coreográficamente, a través de movimientos o a través de la música, qué ejercicio solemos hacer para intentar pasar a otro nivel.
Y esto ha ayudado de esa puesta en escena, de ese sonido que está en movimiento gracias a un software que lo mueve en todas las direcciones y que vimos que era como el punto de anclaje más fuerte del espectáculo.
"Para mí, el nacimiento del flamenco surge de la amalgama y la hibridación con tantísimas culturas"
–Recibió el Premio Max al Mejor Espectáculo 2023. ¿Qué supuso este reconocimiento?
–Supuso un empujón muy grande a la confianza en el trabajo en general y al proyecto en particular. Supuso tener las puertas más abiertas a través de programaciones y ser escuchado. Una credibilidad que te abre puertas.
–¿Todavía queda mucho tiempo de gira de este espectáculo o está ya en la recta final?
–La verdad es que no lo sabemos. El plan no es todavía que acabe. Lo que pasa es que ha habido un pequeño paroncillo muy corto, porque he sido mamá, para coger otra vez energía y fuerza para las siguientes temporadas. Entonces, a mí me da la sensación de que ahora mismo tenemos un tirón ahora en este otoño.
Luego estamos otra vez más tranquilos y yo creo que ya para la siguiente temporada es cuando más o menos podrá girar más internacional y darle otro empujón a otras partes de España donde no ha estado.
–Para conocerla como artista, cabe destacar que fusiona el flamenco con otros estilos, como la danza moderna. ¿Cómo surge ese desarrollo?, ¿cómo lo fusiona?
–Son dos cuestiones para mí. Una es el flamenco, el cómo funciona cuando se híbrida con otra música u otras formas de movimiento. Y es que, para mí, como el propio nacimiento del flamenco surge de la amalgama y de la hibridación con tantísimas culturas, por eso creo que le es tan fácil poder engullir todo y transformarlo.
Y por otro lado, desde mi punto de vista, que en general es el flamenco más moderno, tiene que ver con una forma de trabajo que conlleva mucho trabajar sobre la improvisación y sobre el movimiento en un registro más amplio. Eso me ha llevado a que se borre un poco el flamenco más tradicional y se transforme en esa otra forma más moderna, más contemporánea.
–¿En qué momento profesional diría que se encuentra?
–Lo primero es que no me lo he planteado. Es cierto que estoy en un muy buen momento, aunque no quisiera pensar que es la cúspide, porque siempre pienso que hay algo más.Pero algo más, supongo que el anhelo ya no es al éxito, el anhelo a otras cosas que desconozco.
Por supuesto que estoy en un momento maravilloso y espero que no sea una cúspide porque sea un pico que luego desciende, sino algo que se puede establecer en ese escalón.
"Tiene un lenguaje tan mezclado y tan único que siento que cualquiera se puede sentir tocado"
–Para ir finalizando, ¿por qué no deberían perderse el espectáculo este sábado?
–La verdad es que lo recomiendo muchísimo, ya no tanto por lo que yo piense como parte integrante de la pieza, sino por la reacción del público en todos los sitios donde hemos estado. Ciudades distintas, ciudades más al norte, más al centro, más al sur... hay una acogida del público muy efervescente, muy sobrecogedora.
Hay una cosa que realmente creo que se consiguió con la pieza que tiene que ver con esto de poder, de alguna manera, involucrar al público. Como público somos agentes pasivos y creo que hay un deseo siempre, o por lo menos por mi parte, que cuando estás en escena, de qué manera puedo integrar a ese público para que se sienta parte de lo que está viendo. Y aunque sigan siendo sujetos pasivos, pero que haya algo en la pieza que les remueva tanto, que de verdad les lleve a sentir algo un poco más allá.
Tengo la total seguridad de que se ha conseguido con la pieza. Lo recomiendo muchísimo porque sé que no va a defraudar a nadie, que les va a encantar, porque es para todos los públicos, no es para público específico ni de flamenco, ni de contemporáneo, ni de rock. Tiene un lenguaje tan mezclado y tan único que tengo la sensación de que cualquiera se puede sentir tocado y por eso lo recomiendo mucho.
Aparte de que somos dos en escena, mi compañero Enric y yo y tal, trabajamos con ese sistema de sonido, de software, que hace que sea una pieza inmersiva.